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Margaret.
Estaba caminando por la pista, parecía que iba a llover, el pasto aún tenía el rocío de la mañana, los autos pasaban por la autopista, veía fugazmente luces azules y rojas. Llevaba un vestido azul, creo que si era azul, aunque aún me cuesta recordar lo que pasó ese día. Si veía a mi derecha había un bosque de grandes y gruesos arboles húmedos cubiertos de moho, y si miraba a miizquierda solo pasaban autos, sonó un trueno y se iluminó el cielo, iba a llover, mientras andaba alcé mi pulgar para pedirle a alguien que se ofreciera a llevarme hasta la cuidad, sigo sin poder hacer memoria de porque estaba ahí, solo recuerdo haber despertado en el bosque, en el cual una pareja feliz corría tontamente uno contra otro y se besaban apasionadamente, como si fuera a ser el último sentirde sus labios que probarían jamás. Un carro se orilló a mi lado, dentro se veía a una chica muy bien arreglada, tenía la boca pintada de un color rojo vivo y un hermoso vestido color gris azulado, el señor manejador llevaba un terno negro, y una corbata a cuadros gris. La chica muy amablemente me ofreció una cálida sonrisa mientras me decía un feliz, pero frío, “pasa”. El señor, de muy mal humorme dejo pasar, obviamente era idea de ella. Apenas me senté en el frio colchón plástico la lluvia comenzó a caer. Sentía que el auto avanzaba tan rápidamente como las naves de Star Wars, siendo la lluvia las blancas líneas de la velocidad de la luz.
El agua que caía no dejaba muy bien ver el camino, ya que era como si una ducha estuviera encima del auto. El asiento estaba frio y húmedo, eso es loque pasa cuando no lo usas, de eso deduje que no tendrían hijos. Vi como la gruesa mano del actual conductor se acercó a la pierna de la señorita copiloto y la pellizcó levemente, haciendo este una expresión de fascinación y deleite. Ella no hizo ni una seña, pero yo a través del espejo podía ver y podía sentir su expresión de asco en el pecho, pero me retuve a decir palabra alguna.
-¿Hastadónde vas niña? -Me pregunto el conductor rompiendo el frio silencio del ambiente.
-¿Hasta dónde va usted? -Le devolví, poniéndolo furioso.
-Eso no te interesa, te puedo dejar en la ciudad próxima, y si me vuelves a faltar el respeto de esta manera te tiraré a la lluvia. Así que cállate, maldita perra impertinente. –Me respondió con un grito de iraincesante.
Vi la cara de su mujer, callo una lágrima de su ojo, su maquillaje se corrió.

Zafire.
Me pregunto cuanto faltara para llegar, mi esposo se está tomando el timón muy seriamente, nunca lo había visto tan fascinado por manejar, espero que me trate bien ahora que lo estoy invitando a estos encuentros con gente poderosa y popular. El trabajo que ahora tiene es mísero, espero queencuentre uno, sino ¿Cómo voy a vivir? Miro por la ventana, veo a una chica que tristemente alza el pulgar pidiendo que le den un aventón, bueno no estamos tan apurados y llegaremos muy temprano ahora que veo la hora. Le diré a mi marido que la dejemos entrar.
-Oríllate cariño, hay que llevar a la chica.
-¿Disculpa? –Un rayo cayó, haciendo que su expresión sea mucho más atemorizante. Me asusté.
-Sí,hay que llevarla ¿no?, no estamos tan apurados en llegar ¿o sí? -Siento como se me quiebra la voz al hablarle. Y el tomando un respiro respondió.
-Bueno, hay que llevarla.
Para el auto al lado de lachica, ella no dice palabra y sube mirando hacia abajo. La hermosa lluvia inicia.

Mr. López
¿Mi esposa me está pidiendo que la lleve? Como se atreve a solamente insinuarme algo. Esto no puede seren serio, lo que me hace y encima me pide favores. Creo que tengo más oportunidades de acostarme con la chica que con mi esposa, joder, ya han pasado semanas, le he dado puñetazo tras puñetazo, le he dejado los ojos morados, las piernas con moretones y su moralidad en el suelo. Que mierda no está entendiendo. Tengo que calmarme un poco, cielos, de no ser por el maquillaje que lleva todos se...