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3.1.-La Restauración de Fernando VII
3.2.-El Trienio Liberal
3.3.-La Década absolutista
3.4.-La pérdida del imperio colonial











3.1.-LA RESTAURACIÓN DE FERNANDO VII (1814-1820)

Napoleón, después de la derrota en la Guerra de la Independencia española reconoce como rey de España a Fernando VII por el Tratado de Valençay. Pero ni la Regencia ni las Cortes,instaladas en Madrid suscribieron ese tratado y piden a Fernando VII que jure la Constitución recién aprobada marcándole un itinerario para volver a Madrid. Mientras, absolutistas (nobles, clérigos, militares y diputados) presionan para que el monarca regrese como rey absoluto (incluso se intentó nombrar una nueva Regencia pro-absolutista).
Fernando VII desoye a las Cortes y se dirige a Valencia,donde los absolutistas le esperaban (el general Elío se pone bajo sus órdenes) y el diputado Mozo de Rosales le entrega un documento firmado por 69 diputados absolutistas que reclaman la restauración del régimen absolutista en el famoso “Manifiesto de los persas” (“es costumbre entre los antiguos persas…”).
Días después, dos políticos de tendencia absolutista, Miguel Lardizábal y Juan PérezVillamil le presentarán el borrador de lo que será el futuro decreto de 4 de mayo declarando nula la labor de las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812. El 10 de mayo, el capitán general de Castilla, general Eguía, toma Madrid y cierra las Cortes entrando en vigor dicho decreto.
Fernando VII restaura íntegramente la situación absolutista anterior a 1808 invalidando todas las reformasliberales:
El monarca, afianzado por la teoría del origen divino del poder, gobernó de forma personal y arbitraria, rodeándose de un grupo de cortesanos, familiares y amigos (camarilla).


Restableció el sistema de los Consejos y Secretarías de Despacho y la Inquisición. En la administración territorial se restablecieron las Capitanías Generales (por las Diputaciones) y los Ayuntamientos noelegidos con corregidores y alcaldes mayores.
Se volvió a la organización socioeconómica del Antiguo Régimen paralizándose las desamortizaciones y restaurándose el régimen señorial y la división estamental. Se eliminó también el sistema de contribución directa volviendo a las tradicionales rentas indirectas y estancadas.
Pero el gran problema de España no sólo era el político sino también la gravecrisis económica, fruto de las inoperantes estructuras económicas tradicionales, las consecuencias de la guerra de la Independencia y la interrupción del comercio colonial. El déficit de la Hacienda Pública aumentaba cada vez más.
El miedo a revueltas revolucionarias desató una dura represión sobre sospechosos de ideología liberal y de afrancesados.
Desde los primeros momentos fuerondetenidos regentes, ministros y diputados del régimen constitucional. Un gran número fue condenado a muerte y otros a prisión y/o al destierro (decreto de 15 noviembre de 1815). Muchos de ellos se dirigieron a Inglaterra donde organizaron grupos de oposición contra Fernando VII.
Los afrancesados tuvieron que soportar una verdadera “depuración” (decreto de mayo de 1814) y la mayoría se exiliaron aFrancia.
Pero la verdadera oposición contra el régimen absolutista se desarrolló en España a través de conspiraciones, organizadas por sociedades secretas y logias masónicas que se nutrían de liberales de las ciudades apoyados por las clases populares. Su objetivo era atraer a sectores del ejército para provocar levantamientos. Se sucedieron numerosos pronunciamientos fallidos siendo susprincipales responsables ejecutados: el de Espoz y Mina en Navarra, de Juan Díaz Porlier en Galicia, Vicente Richard en Madrid, en Cataluña lo organizará el general Lacy, Juan Van Halen en Murcia y Granada, y Joaquín Vidal en Valencia.
Pero uno de estos pronunciamientos tendrá por fin éxito: el del coronel Rafael de Riego en Cabezas de San Juan (Sevilla) acantonado en Cádiz con las tropas que iban...