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Páginas: 10 (2360 palabras)
Publicado: 4 de noviembre de 2013
Los recursos que entonces se exigían para graduarse de bachiller en artes, conforme al plan de estudios vigente, eran dos años de latinidad y tres de filosofía. El primer año de latinidad se llamaba de mínimus y menores. En 1843 era profesor de mínimus elPresbítero Don Nicolás Arcona; siendo rector el Canónigo Don Vicente Márquez quien fue después Canónigo y más tarde Obispo de Oaxaca. Entre los condiscípulos que tuve en esa cátedra y que después figuraron algún tanto en el Estado, recuerdo a Don José Adrián Santaella, Don José Blas Santaella, Don Flavio Maldonado y Don Joaquín Ortiz, quien fue amigo y compañero de armas mío, tenía aptitudesespeciales para la milicia, y falleció en una acción de guerra.
Por haber entrado a la clase, a mediados del año escolar, no pude examinarme al terminar éste, y a principios del año siguiente de 1844, entré a la nueva cátedra de mínimus de la que era profesor el Presbítero Don Macario Rodríguez, pues se seguía la costumbre de que cada año comenzaba el curso de latinidad un profesor nuevo, quiencontinuaba con los mismos alumnos hasta que éstos acababan el curso de artes.
A fines de 1844 me examiné del primer año de latinidad, y en 1845 del segundo, llamado de medianos y mayores. En 1846 comencé el curso de Filosofía que comprendía en el primer año el estudio de Lógica y Metafísica, en el segundo el de Física general y Matemáticas, y en el tercero el de Física particular y Ética. De todos estoscursos me examiné con buen éxito al fin de los años escolares de 1846, 1847 Y 1848.
En el curso de Filosofía tuve de condiscípulos, como hombres que después se distinguieron de varias maneras, a Don Juan Palacios, que llegó más tarde a ser Canónigo de Oaxaca, a Mariano Jiménez, quien fue después General y Gobernador de Oaxaca y de Michoacán.
Un día del año de 1846, durante la guerra con losEstados Unidos, mi maestro de Lógica, el Presbítero Don Macario Rodríguez, no se ocupó para nada de la clase sino de llamarnos la atención sobre el deber que teníamos algunos alumnos, ya en edad competente para tomar las armas, de ofrecer nuestras personas al servicio militar para defender al país contra el invasor extranjero. Sobre esto nos habló nuestro maestro, larga y elocuentemente, dando porresultado que al terminar la clase yo y algunos de mis condiscípulos, fuéramos a presentamos al Sr. Don Joaquín Guergué, Gobernador del Estado, para ofrecerle nuestros servicios. El Gobernador, ignorando lo que nos impelía a proceder así, nos preguntó: ¿qué diablura habrán hecho ustedes? Contestamos que era una inspiración espontánea de nuestro deber, fundada en la situación del país. Mandó tomar notade nuestros nombres y al organizarse los batallones de guardia nacional que se llamaban Constancia y Trujano, fuimos alistados en el último. No llegó a prestar más servicio militar nuestro batallón, que el hacer ejercicio en los días festivos y dar algunas guardias y patrullas, cuando la guarnición se debilitaba por alguna salida de las tropas que estaban en servicio activo.
Al acabar el cursode artes, me inclinaba yo a la Teología y hasta había ya comenzado a preparar el estudio en las vacaciones, en las obras de texto del primer año que me regaló el Sr. Dr. José Agustín Domínguez. El Sr. Domínguez era primo mío, pero yo por respeto, lo trataba como tío. Era entonces una de las primeras dignidades de la catedral de Oaxaca y después fue Obispo de esa diócesis. Tenía grande influencia...
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