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Un hijo muy “especial”

PRIMER ACTO
ESCENA I
JOSUE.- ¡Qué frutas tan deliciosas!
JAIR.- ¡Sí, tenemos las mejores plantaciones de toda la región!
JOSUE.- ¡Ah! y hablando de plantaciones ¿Cuándo piensas ir a los viñedos a
recoger la uvas? Ya están maduras. Si no vas pronto encontrarás que todas se habrán
podrido.
JAIR.- ¡Ah, ya le dije a nuestro padre que no voy a ningún viñedo! Yademás, ¿por
qué no vas tú?
JOSUE.- Porque tengo que encargarme de los rebaños. Jair, haz un esfuerzo.
Nuestro padre necesita que estés al frente de los obreros para que no echen a perder
nada.
JAIR.- Si es por eso, que me mande a Mina. A él también le tiene confianza y,
además, sabe más de viñedos que yo.
JOSUÉ.- Y va a seguir siendo así si nunca te ocupas de lo que te corresponde.
JAIR.- ¿Loque me corresponde? No sé tú, pero yo no me veo el resto de mis días
trabajando en el campo, plantando uvas y cuidando ovejas. (En tono más bajo, como
en secreto.) Yo sé que no nací para esto, sé que mi futuro es totalmente distinto.
JOSUÉ.- (Extrañado)-¿De qué estás hablando, Jair?
JAIR.- ¡Baja la voz Josué, que nuestro padre te puede oír!
JOSUÉ.- ¡Jair! ¿Qué hiciste?
JAIR.- ¡Shhhhh! (Toma asu hermano por el brazo.) Ven y te contaré. Ayer por la
noche fui hasta la ciudad y mientras caminaba por la plaza con mis amigos, vi a un
hombre extraño, junto al pozo. Me acerqué a el, no sé por qué, algo en él me llamó la
atención. Cuando le saludé, el hombre inmediatamente me reconoció, no sé de
dónde, pues nunca le había visto. Me dijo que debía saber algo importante sobre mi
futuro yme llevó hasta su casa. Cuando llegamos sacó unas piedras y comenzó a
decir unos versos extraños.
JOSUÉ.- ¡Fuiste a ver un chamán!
JAIR. (Con voz ahogada.)-¡Te dije que bajaras la voz! ¡No grites!

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JOSUÉ. (Enojado.)-¡A nuestro padre no le va a hacer gracia lo que hiciste!
JAIR. (Con ironía)-¿Y por qué crees que te estoy diciendo que no grites? (Pausa.)
Ahora guarda silencio y escuchael resto de la historia. El chamán estuvo un buen
rato agitando las piedras entre sus manos y luego tirándolas sobre una mesa; así una
y otra vez. ¿Y sabes qué me dijo?
JOSUÉ. (Sin emoción.)-¿Qué te dijo?
JAIR. (Emocionado.)-¡Que yo sería un gran hombre, lleno de fama y fortuna! ¡Que
viviría de fiesta en fiesta, sin necesidad de trabajar! ¡Que hasta las mujeres, por
decenas, estarían detrásde mí!
JOSUÉ. (Burlonamente.)-¡No me digas! (Pausa.) ¿Cuánto le pagaste?
JAIR.- Trescientos euros.
JOSUÉ.- ¡El salario de una semana!
JAIR.- ¡Shhhhh! Escucha, que ahora viene lo más importante.
JOSUÉ.- ¡Ah! ¿Pero es que hay más?
JAIR.- ¡Sí, ahora viene lo mejor! (camina por la sala y ve para todos lados
asegurándose de que nadie los oye.) ¡Pediré mi herencia y me iré cuanto antes de lacasa!
JOSUÉ. (Se levanta rápidamente.) (En voz alta.)-¿Qué?
(Jair y Josué quedan como estatuas. Se apagan las luces.)
ESCENA II
(Jaime está solo en la sala, sentado en una silla, en actitud reflexiva.)
JAIME.- ¡Ay, Señor! ¿Qué haré con Jair? No hay forma de que entienda que el
trabajo y la honradez son las mejores reglas de la vida. (Pausa.) (Camina de un lado
a otro.) ¡Y ahora esto! ¡Dejar lacasa de su padre, siendo tan joven como es, para ir
por el mundo a “probar fortuna”! ¿Qué fue lo que hice mal? (Pausa.) Pero… ¿Qué
otra cosa podía hacer? ¿Obligarlo a quedarse en casa?, ¿mandar a los criados que lo
vigilaran?, ¿encerrarlo en su habitación? ¡Es tan terco que se habría escapado igual!
¡Ah, Dios mío, dame fuerzas y no apartes tu dirección de mí! (Aarón se arrodilla
sobre el pisoy cubre su rostro con sus manos en actitud de oración. A los pocos
segundos entra Mina.)
MINA. (En voz baja.)-Señor… Señor…

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JAIME. (Sorprendido.)-¡Ah, eres tú Mina! ¿Qué deseas?
MINA.- El joven Jair ya está a punto de irse, ¿quiere que prepare algo para él?
JAIME. (Triste.)-No, Mina, ya no será necesario. (Pausa.) ¡Espera, Mina, espera!
Creo que sí hay algo que puedes hacer por mi...