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Herida profunda. Más de mil familias resultaron afectadas por las lluvias registradas el último viernes. La Av. Venezuela quedó en escombros. Comerciantes lo perdieron todo y aún no se logra identificar a tres cadáveres.
EfraínRodríguez. 
Arequipa.
Desde las alturas, vista desde un helicóptero, la avenida Venezuela se asemeja a una cicatriz parda y reciente. En tierra firme, todavía luceabierta y doliente. La céntrica vía soportó la embestida de una carga de agua, lodo y piedras, la tarde y noche del último viernes.
El desborde de la torrentera de la zona borró del mapa al Terminal Pesquero, el mercado El Palomar y decenas de viviendas adyacentes.
En toda la ciudad, la intensa lluvia de 123 litros por metro cuadrado, dibujó historias de dolor y muerte.
A las nueve de la mañanadel sábado, más de cien soldados y obreros de la empresa que construye el by pass de Venezuela con Alcides Carrión, limpiaban la vía y lo que quedó del Terminal Pesquero.
Los comerciantes que lo perdieron todo, buscaban los restos de lo que alguna vez fue su puesto de venta. Entre el fango, el vendedor de pescado, Marco Antonio Povis, encontró la cámara de refrigeración donde guardaba susproductos marinos: perico, dorado y bonito. Todo estaba cubierto de lodo. Cogió dos pescados y burlándose de su propia desgracia los ofreció a viva voz: "pescado fresco, llévese pescado fresco". Marco sabe, y lo dice, que su producto "no sirve ni para los perros".
Las pérdidas de cada comerciante se calcula en más de 15 mil soles. Se quedaron sin refrigeradoras, mesas, balanzas, dinero y productos. Hastael techo del mercado que financiaron por más de 18 mil soles se vino abajo.
El presidente del Terminal Pesquero, Luis Sosa, ensaya una explicación de la desgracia."Esta torrentera solo tiene dos metros de profundidad. Debería tener ocho. Hace 20 años que la Municipalidad Provincial debió arreglarla".
La calamidad de los comerciantes se propagó como epidemia a las viviendas aledañas.
A MaríaSarmiento Ramírez, la desgracia le llegó por donde menos la esperaba: la pared trasera de su casa. Su inmueble de la calle Alberto Guillén 712, a seis cuadras de la torrentera (Urb. San Jerónimo), fue arrasada de extremo a extremo. En su dormitorio solo quedaron algunas maderas de lo que fue la tarima de su cama. Su patio quedó lleno de objetos y de artefactos que no son suyos. La corriente lostrajo como un regalo macabro. Su esposo, Jean Hurtado, recuerda que vio pasar desde cámaras frigoríficas hasta piezas de automóviles, pero lo que nunca se borrará de su mente es haber visto flotar el cuerpo moribundo de una mujer.
María y sus vecinos son ahora parte de la fría estadística de damnificados que reportan las autoridades.
 
LA VIDA BAJO EL AGUA
La lluvia provocó el deceso de cincopersonas. La noche del jueves se reportaron las primeras 4 víctimas. Dos varones y dos mujeres. Pero ayer, en el sector de Congata - Tiabaya, apareció el cadáver de una joven identificada como Raquel Ninacondor.
Además de ella, solo se ha podido identificar el cuerpo de su hermana Gleny Ninacondor. Ambas estaban a bordo de una camioneta que fue destrozada por el agua y el lodo. Llegaron de Juliacajunto al comerciante Julio Abad, para cotizar repuestos de maquinaria pesada en la avenida Mariscal Castilla, cerca a la intersección con Venezuela.
Cuando Abad se bajó del vehículo e ingresó a una tienda, la torrentera se desbordó y arrastró la camioneta con las dos mujeres en su interior. Ninguna sobrevivió.
Una pista sobre la posible identidad de los cadáveres que aún no son identificados, ladio a La República Pedro Humberto Martínez Idemategui, un reciclador que hasta el viernes en la tarde vivía en un descampado al costado de la torrentera de la avenida Venezuela, a la altura de la Facultad de Arquitectura de la Unsa. Martínez contó que junto a él estaban tres amigos. "En un momento sentí que el piso empezó a temblar y vi tambalear el muro".
Alertó a sus amigos, pero no le...