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El chorro duro nueve días los habitantes de Cabimas atribuyeron el cese del brote a un milagro de san Benito. Técnicos y geólogos aseguraron que la arena y las rocas sedimentaron la salida de laemanación.
Bajo el denso manto de tierra árida dormía tranquilo el bituminoso oro negro. Hombres con otros idiomas, otras pieles, de otras latitudes; lo presentían. Y en la ambición por encontrarlo,convirtieron el humilde hato los barrosos del sector la rosa, ubicado en la mansa aldea de Cabimas, en una selva bullosa sembrada de pesadas maquinas, calderas, tuberías, equipos de cable y percusión.Punzaron el suelo cabimense con largas mechas de perforación, en 1918, pero el negro mene se rehusaba a ver la luz del mundo, solo arrojaba barro y piedras a la superficie.
Los “musiúes” de lacompañía inglesa venezuelan oíl concession (VOC) se cansaron de hurgar y abandonaron el pozo por tres años.
Pero el 18 de agosto de 1922, en nuevos afanes, comenzaron a rasgar las venas petrolíferas a 441metros de profundidad, y el suelo expelió gas y arena bituminosas. A las 5:30 de la mañana, del 14 de diciembre de 1922, el rugido de la tierra opaco el canto a coro de los gallos, en los patios de lascasas de las rosas.
El oscuro mene se despertó, lanzando grandes peñascos fósiles y emitiendo gruñidos desde el subsuelo. Un largo obelisco de ébano se alzó arrancándoles el sueño a todos lospobladores. Como una larga espiga, el crudo eclosionaba en el cielo y bañaba los techos de palmas de las viviendas, y desde entonces, quedo marcado en la historia, el día que llovió negro en Cabimas
Lapredicción
“María acosta lo predijo y todos la creyeron loca” exclamo rocío contreras, quien vivía en la costa del lago, por la Ciénega el cardonal, y diariamente le regalaba agua para calmar la sed dela mendiga, quien caminaba por la playa desde el caserío de pueblo viejo de Ambrosio, vestida con harapos y sin calzado.
Mucho antes del reventón, María mojaba la orilla de su gastaba falda en las...