Giorgio De Chirico
Un viaje a París, en el que realizara una escala en Turín, terminará de inducirle hacia el camino visionario que habíainiciado. Vio entonces Turín, ya no sólo como una ciudad clásica, con sus arcadas y sus plazas amplias y enormes, lo que también se reflejaría como una constante en su obra, sino que también la viosobre todo como una ciudad “metafísica” según sus propias palabras, es decir como una ciudad vacía, misteriosa, llena de espacios para la evocación del pensamiento y la reflexión, en la que indudablementela arquitectura va a ser un elemento consustancial a esa sensación, como lo será a su pintura.
Nace así la primera etapa (y sin duda la más interesante) de su singular pintura, que lógicamenterecibe el nombre de metafísica, por su trascendencia más allá de los real, y por su carácter mágico y onírico. Una vez más es Apollinaire quien percibe la “modernidad” de la obra del nuevo pintor y bautizasu estilo. Aunque en realidad se trataba de una radical confrontación a las vanguardias del momento: Cubismo y Futurismo, ya que De Chirico apuesta por la exaltación del ideal clásico y el regreso ala precisión en el dibujo.
No importa, el resultado es enormemente sugerente, porque es un mundo ajeno, extraño, de ensueño: siempre marcado por visiones urbanas de ciencia ficción, de plazas y...
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