GIOVANNI ANTONIO FARINA
La virtudque más llama la atención en él es la caridad heroica, era conocido como «el hombre de la caridad». Los pobres, los infelices, los abandonados, los que padecíantodo género de sufrimientos eran el objeto de su ternura y de sus cuidados; siendo obispo se ofreció como voluntario para asistir espiritualmente y corporalmente alos enfermos en el hospital, arrastrando con su ejemplo a sus sacerdotes. La suya era una caridad inteligente, previsora; como verdadero educador comprendió el rolde la escuela en la reforma de la sociedad, la necesidad de colaboración entre la escuela y la familia, la importancia de la preparación del personal docente.Concibió la educación orientada a la formación integral de la persona humana, a la práctica religiosa y a la caridad fraterna. Su lema era: «La verdadera cienciaconsiste en la educación del corazón, es decir, en el práctico temor de Dios».
Después de su muerte la fama de santidad empezó a propagarse en los ambienteseclesiásticos y civiles; en 1897 se comenzó a recurrir a su intercesión para obtener gracias y favores del Cielo. En 1978 una religiosa ecuatoriana, Sor Inés TorresCórdova, afectada por un grave tumor con metástasis, fue sanada milagrosamente después de haber invocado la intercesión del Padre Fundador junto con otras Hermanas.
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