Giovanni sartori
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No demoniza la televisión pero nos hace estar alerta sobre sus efectos
Sartori salta a la arena de la provocación para hacernos despertar de la somnolencia provocada por los medios de comunicación tras tantos años de anestesia. No trata de suavizar los argumentos, más bien al contrario, el autor nos abofetea con cada frase y cada idea. No se conforma con elpapel de mero intelectual que disecciona la realidad y permanece en su púlpito, alejándose de las manchas que pueden provocar las ideas audaces. El italiano se atreve a proponer argumentos que sacuden las conciencias y obligan a desperezarse al músculo del pensamiento. Como apunta Concha Mateos Martín, Doctora en Ciencias de la Información en la Universidad de La Laguna, “Se ha arriesgado a quedentro de quince años se le pueda tachar de alarmista, desmesurado, exagerado, torpe, confundido y confundidor. Es decir, se ha arriesgado a que sus predicciones futuribles no se demuestren. Se ha arriesgado a que se enfaden aquellos a los que directamente interpela en su libro para que reaccionen: los padres, los educadores, los periodistas, los empresarios de la información”. O como el propioautor advierte en la página 17 de su libro “tal vez exagero un poco, pero es porque la mía quiere ser una profecía que se autodestruye, lo suficientemente pesimista como para asustar e inducir a la cautela”.
Este valiente intelectual no quiere que su mensaje se olvide enterrado en cualquier estantería, lo que pretende es agitar las mansas aguas de las conciencias adormecidas, levantar los párpadoscaídos de los individuos que roncan el sueño de la complacencia. Sin embargo, Sartori ejecuta su crítica sin demonizar la televisión. No desespera al lector con argumentos radicales, negativos y sin solución. El autor primero abre las heridas, pero no con intención de dejarlas que se pudran al agresivo aire del diserto sino que al final del libro, las asiste y las cierra con generosidad ypositivismo.
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La imagen nos tiene anestesiados, hipnotizados, atontados
El autor desata una crítica feroz sobre la televisión, pero sin embargo, no se considera un enemigo del progreso. Su intención real consiste en advertirnos del inmenso potencial negativo que poseen los medios visuales pero por otro lado reconoce también la parte positiva que puede aprovechar la sociedad de estos avances....
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