giro etnografico
Esta necesidad de reivindicar lo local que se puso de manifiesto en la filosofía de la Documenta xi de Kassel de 2002 que se propuso el reto de exponer arte procedente de todos los rincones del mundo sin prescindir de sus identidades locales y de las específicas circunstancias políticas y geográficas bajo las que se había producido nos conduce directamente hacia un nuevo giroen el arte contemporáneo, el giro etnográfico, que convive con otros giros: el del archivo o el micropolítico, bajo el paraguas del giro cultural.
Este "giro etnográfico" supone muchos partíprís, entre ellos el desplazamiento de la historia del arte al territorio más expandido de cultura, así como un renovado interés por la antropología posmoderna que, con su pro- yecto contextual notautológico, con su interés por la alteridad, con su particular metodología de trabajo (el "trabajo de campo"), con sus promesas de autorreflexividad, nos sitúa en una visión del lugar como un "texto de la humanidad", visión basada en las intersecciones entre naturaleza, cultura, historia e ideología10. Este giro nos sitúa además ante un nuevo modelo de artista, "el artista como etnógrafo", un artista que yano está interesado en asuntos económicos o sociales, sino en asuntos identitarios y que cuestiona el mantenimiento de la autoridad etnográfica (una cierta posición arrogante frente al otro), así como el fetichismo derivado de las fantasías primitivistas y los exotismos, fetichismo que sería la causa de que la inicial xenofilia (sobreidentificación con el otro) acabe convirtiéndose en xenofobia.El modelo de "artista como etnógrafo" que proponemos se interesa por los lugares y las identidades locales y sobre todo por la narratividad en detrimento de lo estético-formal, lo cual lo lleva a practicar un trabajo interdisciplinar, no sólo en las técnicas aportadas (fotografía, video, audiovisual, media, escultura, objeto)
sino también en la forma de pensar, de plantear en cada momento nuevospuntos teóricos que aporten resultados dinámicos, que hagan salir al espectador de su sueño impasible, casi como una nueva forma de activismo cultural. Este es un artista que, tanto si procede del mainstream como de la periferia o de la diáspora, tanto si es hegemóm'co como si es emigrante, se sitúa más allá del internacionalismo de corte moderno basado en la fórmula homogeneizadora de "todossomos iguales" y piensa que la solución tampoco está en el nacionalismo, en el genius loci, en la reivindicación de las etiquetas nacionales o de las raíces del territorio cultural propio, donde todos quieren ser distintos y reivindican sus etiquetas de origen y su condición de artistas nacionales. Es este un artista que cuestiona los modelos transnacionales homogeneizadores (en versión bienalesperiféricas) y que se pregunta si el nuevo internacionalismo puede caer en el peligro de convertirse en una visión distópica en el sentido de anular las diferencias locales, la diversidad de culturas autóctonas, lo cual conduciría a una nueva homogeneidad y a un mayor control por parte de las estructuras
hegemónicas de poder.
Por ello podríamos hablar, de acuerdo con Miwon Kwon, del artista nocomo "hacedor de objetos" (la fase de producción-reproducción habría concluido), sino como "progenitor de significados"", ya que junto a las condiciones iniciales do viajero y observador se lo exigen dotes interpretativas, de búsqueda de significados.
Y es precisamente esta condición alegórica, esta alegoría etnográfica de la que habla Clifford, la que salvaríael arte de convertirse en documento oinventario.
Son muchos los artistas que en la actualidad trabajan bajo estos registros etnográficos horizontales, o vueltos hacia la producción de lo local sin detrimento de su condición de artistas globales: Chantal Ackerman, Antoni Muntadas, Gabriel Orozco, José Alejandro Restrepo, Santiago Sierra, Rogelio López Cuenca, The Atlas Group, el colectivo Multiplicity, Renné Green.
Lo global y...
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