Gjyuk

Alicia habia llegado a una pequeña y limpia habitacion con una mesa devajo de una ventana y, sobre ella, un abanico y dos o tres partes de dimenutos guantes blancos de cabritilla.Tomo el abanico yuno de los pares, y se disponia a salir del cuarto cuando su mirada se poso junto a una botellita sobre el espejo.Esta vez, ninguna etiqute decia "bebeme", pero aun asi la destapo y se la llevo a loslabios. "Algo interesante me pasa-se dijo-siempre que como o bebo algo.Veamos que sucede ahora.¡Ojala vuelva a crecer; estoy arta de ser tan chiquita!".
¡Vaya si la hizo crecer, y mas rapido de lo queesperaba! Antes de haber crecido la mitad, se encontro con que su cabeza tocaba el cielorraso, y debia agacharce para no romporse el cuello. Dejo el frasco pensando:"¡Ya es suficiente! ¡Espero noseguir creciendo! ¡Tal como estoy no podre salir por la puerta! ¡Ay!, ¿por que me habre tomado tanto?".
Pero, ¡oh desgracia!, ya era demaciado tarde.Crecia y crecia, mas y mas, y pronto tubo quearodillarce en el piso.Un minuto despues y ya no cabia, por lo que ensayo acostarce, con un codo apoyado contra la puerta y el otro brazo enroscado alrededor de la cabeza.Pese a todo, suguio creciendo y, comoultimo recurso, saco un brazo por la vantana y metio un pie por la chimenea. "Ya nada mas puedo hacer-se dijo-,pase lo que pase.¿Que sera de mi?".
Por suerte para Alicia la botellita magica ya habiahecho todo su efecto y no sigui creciendo.De todo modos estaba muy incomoda, y ncomo parecia no tener ninguna posibilidad de salir de la habitacion, no era de extrañar que se sintiera muy desdichada."Era mas agradable estar en casa-pensaba la pobre-.Alli, al menos, no creceria ni me achicaria continuamente, ni resibiria ordenes de ratones y conejos.
¡Ojala no ma hubiera metido en lamadriguera...!Aunque...aunque...¡esta clace de vida es bastante extraña!¡Me pregunto francamenteque puede haberme pasado!Cuando leia cuentos de hadas, nunca imagine que esa clase de aventuras sucediesen de...