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PRÓLOGO
Washington Uranga

Los debates públicos que se plantean en la Argentina sobre la comunicación y sobre las industrias culturales en general, sue­len evitar cuestiones centrales: las raíces económicas que atraviesan la realidad actual del sector comunicacional y las condiciones, políticas que hicieron posible, y hasta hoy permiten, un escenario como el que tenemos,
Comunicación,democracia, participación y poder económico no son ejes dislocados entre sí, sino que están estrechamente vincula­dos
Uno de los errores más frecuentes en los que se ha caído es el de afirmar que en la Argentina no existen políticas de comunicación y, peor aún, que no existieron en la década del noventa. El contenido de este libro pone en evidencia que esa afirmación es una falacia total. Laspolíticas de comunicación se constituyen por el conjunto de decisiones que van perfilando la conformación de las industrias culturales, la estructura económica que las sustenta y los modos de participación de los actores sociales y de la ciudadanía. Luego se convalidan con la normas
Sí puede decirse que no existe una política de comunicación encarada desde la perspectiva del servicio público, que adeudaa los intereses del conjunto de la sociedad y construya a partir de la escucha y la participación de actores plurales y diversos
El sistema de comunicación tiene que poner en evidencia el pluralismo y garantizar la visibilidad de la diversidad. A lo anterior podríamos agregar que la democracia, en el sentido cultural, se nutre de lo público y es éste el escenario donde se legitiman laspropuestas y las acciones. También esta mirada requiere de la comunicación. Y podríamos seguir agregando aspectos. Es válido decir, entonces, que democracia y comunicación son inseparables.


INTRODUCCIÓN
Guillermo Mastrini, Martín Becerra, Mariana Baranchuk y Diego Rossi


En los últimos dos años hemos asistido a la proyección pública de un tema que permanecía adormecido. Especialmente a par­tirdel estallido de la crisis de de fines de 2001, se multiplicaron los llamados a proteger el patrimonio cultural de los argentinos.
Sin embargo, todo parece indicar que quienes han estimulado la reaparición de la discusión pública en torno a las políticas cultu­rales y de comunicación, entre ellos los principales grupos empre­sariales del sector, pretenden limitar su alcance a una intervenciónestatal que legitime sus posiciones y estabilice los mercados luego de la crisis.
La primera dificultad encontrada es la escasez tanto de fuentes y datos actuales como de investigaciones previas. De hecho, si hay un tema que prácticamente no aparece en los medios de comunicación es, precisamente, la información sobre los medios de comunicación.
Pero no sólo el público, y la ciudadanía engeneral, se ven privados de esta información, sino que en muchos casos el Estado tampoco puede acceder a un conocimiento básico sobre el tema. Sólo aquellos medios que cotizan en bolsa hacen públicos sus balances, pese a que la ley de radiodifusión y su reglamento posterior estipulan claramente la obligación de pedir autorización al COMFER para realizar cambios en la composición accionaria, así como deinformar a dicho organismo anualmente sobre el estado de sus cuentas.
Este libro pretende realizar una contribución al conocimiento de la historia política y económica de la radiodifusión argentina.

1. Hacia una economía política de la comunicación y la cultura
En los últimos años se advierte un incremento de la producción en investigación crítica sobre las transformaciones en cursovinculada a la llamada economía política de la comunicación. Sus trabajos proponen rearticularlos estudios de economía y política frente al proyecto neoliberal de desligar los análisis económicos de sus consecuencias políticas.
Por ello el trabajo que se presenta a continuación concuerda con las investigaciones que plantean analizar críticamente las transformaciones de los servicios informacionales...