Gobernabilidad
Una nación no puede llamarse realmente "en desarrollo" cuando la mitad de su población es marginalizada y victima de discriminación. Tampoco se puede suponer que el crecimiento económico traiga mejoras en las condiciones de vida cuando un gran número de personas están privadas del derecho a la tierra y otros recursos productivos. Los modelos de desarrollo que excluyen a los hombres ylas mujeres pobres no solo son socialmente injustos y políticamente insostenibles, sino también realmente ineficientes.
En este ámbito, la injusticia social y el desprecio por la calidad de vida de los sectores mas postergados crecen con el crecimiento de la economía. El actual modelo de desarrollo refleja un crecimiento que produce mayor desigualdad social. La presencia del capitalespeculativo o capital golondrina acentúa esta tendencia.
En el ámbito ambiental, el derecho a contaminar y a depredar los recursos naturales se han convertido en incentivo fundamental para llamar a la inversión extranjera.
Por tanto, esta situación puede desembocar en serias limitaciones a la consolidación democrática, cuanto de una sociedad justa y equitativa.
La sociedad civil es la gran ausente enel proceso de globalización en marcha; no es consultada o considerada a la hora de tomar acuerdos o firmar tratados de libre comercio. Así, los ciudadanos iberoamericanos ven reducido su papel a potenciales consumidores pasivos y son excluidos de la toma de decisiones.
Sabido es que los tratados económicos y procesos de integración priorizan los intereses de las empresas transnacionales porsobre otras consideraciones sociales.
Introducción
A partir de los años 80 la globalización ha venido acentuando su presencia en al ámbito de las discusiones, los análisis, y en las preocupaciones de la política. Las menciones a la globalización se constituyen, en este sentido, en punto ineludible cuyo alcance parece dotar inmediatamente de un esquema referencial a muchos de losacercamientos sobre los actuales fenómenos sociales o políticos. Sin ser idénticos al “pensamiento único”, surgen a veces puntos de vista que conciben cualquier alternativa a la globalización como sinónimo de aislamiento, asumiendo el orden mundial actual y sus expresiones de modernización en su carácter imperativo. Desde cierta perspectiva de la literatura disponible, el término globalización remite alas drásticas transformaciones que han tenido en los procesos que corresponden al orden mundial en sus dimensiones políticas y económicas.
Sin embargo, más allá de su uso generalizado, frecuentemente con notable laxitud, en algunos autores es motivo de atención importante el hecho de que estemos en presencia de una palabra escasamente definida, “probablemente la menos comprendida, la más nebulosay políticamente la más eficaz” (Beck, 1998, 40). Coincidiendo también sobre su uso generalizado, otro autor subraya que la globalización “no es un objeto de estudio claramente delimitado, ni un paradigma científico ni económico, político ni cultural, que pueda postularse como modelo único de desarrollo” (García Canclini, 1999, 13). La fuerza afirmativa de tales posturas probablemente tiene que vercon la fuerza con que tiende a asumirse la aparente inexorabilidad del fenómeno, que en la perspectiva de su desarrollo no parece admitir visiones distintas.
Un proceso de tal envergadura, que al impulsar transformaciones ejecuta su “ajustar cuentas” con un pasado económico, político e institucional, no podría sino impactar a su turno también a la política y a las concepciones predominantes.
Noen vano se viene hablando de un “nuevo orden” con pretensiones de imprimirle un sentido universal. Y ese nuevo orden tiene conexiones explicativas con la reconstitución del capitalismo y con las causas vinculadas al derrumbe del “socialismo real”. Este nuevo orden va de la mano con el término de ese maniqueo y amenazador mundo bipolar y la consecuente reconstitución de las coordenadas del poder...
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