Gobierno corporativo
Por Diego Ramírez Buendía* Alrededor de los últimos 10 años se presentaron grandes fraudes por algunas de las compañías estadounidenses más importantes a nivel mundial. Los casos más sonados fueron Enron (2001), y Worldcom (2002). En ambos casos se vieron afectados los intereses de accionistas, empleados (que tenían sus fondos de retiro en acciones) proveedores, etc. Todo fue consecuencia de maquillar la información financiera a través de prácticas contables sucias donde se hizo notoria la ausencia de procedimientos de control para evitar fraudes. Estos eventos que afectaron los mercados mundiales dañaron severamente la confianza del público inversionista, enturbiando la transparencia y confiabilidad de la información financiera. Estos hechos afectaron el mundo financiero y contable, y trajeron consigo una ola de cambios encaminados a ejercer procedimientos de control más efectivos en las empresas. La respuesta por parte de los organismos reguladores de los mercados financieros tardó poco en llegar y fue, a través de la imposición de nuevas obligaciones que contribuyeran a prevenir y detener el peligroso avance de la erosión en la confianza del público inversionista, y que promovieran la transparencia de la administración de los negocios. La medida más contundente por parte de las autoridades estadounidenses fue la creación de la Ley Sarbanes‐Oxley (SOX), publicada en julio de 2002, cuyo objetivo es reforzar los controles de la empresa y así devolver la confianza perdida a los inversionistas. En este documento se tratan temas como la responsabilidad de los administradores (CFO, por sus siglas en ingles), la transparencia, y la independencia que deben tener los auditores. Tiene como objetivo asegurar la calidad, exactitud, transparencia y oportunidad de la información financiera. La Ley SOX, trata de que las organizaciones mejoren su gobierno corporativo y establezcan una conexión entre dicho gobierno corporativo y las actividades de control realizadas a nivel operativo. Los mecanismos de control en una empresa familiar no pública son aun más complicados que en una empresa donde los propietarios son inversionistas y no accionistas con algún vínculo familiar. En la economía mexicana encontramos una gran cantidad de empresas bajo control familiar.
Algunos problemas que encontramos en las empresas familiares mexicanas son las fallas en el Consejo de Administración debido a un número excesivo de miembros y que la mayoría de ellos son familiares u empleados del presidente o accionista, y en el mayor de los casos es la misma persona. Se carece de consejeros independientes lo cual merma la transparencia y objetividad. El uso de los activos de la empresa para beneficio personal por parte de los accionistas o administradores, la selección de auditores no es transparente, ya que en muchas ocasiones estos carecen de la cualidad de independencia que es indispensable para el desarrollo de su trabajo. Debido a esto se ha convertido en casi una obligación la implementación de políticas de control eficientes para mejorar el desempeño de este tipo de organizaciones para que no se estanque y puedan competir con multinacionales que aplican las mejores prácticas corporativas, dentro de las cuales se encuentra el Gobierno Corporativo. GOBIERNO CORPORATIVO El concepto de Gobierno Corporativo surge de la necesidad de información de los accionistas minoritarios de saber qué está sucediendo dentro de la empresa, como están siendo invertidos los recursos, y las expectativas a futuro que tiene la entidad. Los accionistas y administradores se vieron en la necesidad de crear un sistema donde la información fuera lo más transparente ...
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