Gobierno de alfonsin
• Contexto internacional
Durante los años 80, la obligación por parte de los países latinoamericanos, de servir sus enormes deudas externas sin la posibilidad de acceder a nuevos préstamos, se transformó en el dato central que condicionó a las políticas económicas de todos los países de la región.
Es que para corregir los problemas inflacionarios,en el mundo tendieron a implementarse políticas monetarias restrictivas, especialmente en los Estados Unidos, elevando considerablemente las tasas de interés. El aumento de las tasas de interés internacionales había sido brutal para los países endeudados (la tasa prime norteamericana pasó del nivel de 6 u 8% en 1978 a uno cercano al 20% a comienzos de la década del 80)[1].
El nudo del problemade la deuda era que las magnitudes que debían girarse al exterior en concepto de intereses y amortización estaban por encima de la verdadera capacidad de pago. En esas condiciones, la “carga de la deuda” se hacía intolerable. Hacia mediados de la década, América latina estaba transfiriendo al resto del mundo un 4% de su ingreso, equivalente al superávit en su balanza de comercio. La mayor parte delendeudamiento externo correspondía al Estado, por lo que debían generarse excedentes en el sector público, para poder pagar a sus acreedores. Sin embargo, las cuentas públicas no estaban en orden, por el contrario, se contaba con un abultado déficit primario.[2]
Durante los años ochenta se minimizaron los flujos financieros, los bancos comerciales contrajeron sus créditos a los países altamenteendeudados, suprimiendo renovaciones automáticas de las deudas y exigiendo su repago. Esta restricción del crédito motivó que las tasas de interés también continuaran elevadas, superando los promedios históricos.[3]
Al peso de la deuda, se sumaba otro hecho sumamente desfavorable: la caída de los términos de intercambio. Las condiciones de los mercados internacionales habían sido buenas aprincipios de los 80. Sin embargo, las expectativas favorables estimularon el aumento de la producción por lo que los mercados no tardaron en saturarse y producir una sobreoferta de productos agrícolas que derrumbó los precios. La situación se agudizó con la desaceleración del crecimiento en el mundo y la disputa proteccionista entre los EEUU y la Comunidad Económica Europea (gran parte del comercioexterior se concretaba en el interior de los principales bloques económicos).[4]
• Situación económica inicial: el peso de la herencia
En Argentina, los pagos al exterior por intereses y utilidades habían crecido de un 2% a un 9% del PBI entre 1980 y 1983. En ese mismo período, el PBI per cápita registró un retroceso de más de 10% y la tasa de inflación pasó de 101 a 343%[5]. El ProductoBruto Industrial era menor que el de 1965. Con respecto a las cuentas públicas, el gasto, que representaba el 50% del producto, casi duplicaba a los ingresos. Por el lado del balance de pagos, la situación tampoco inspiraba confianza: si bien el saldo de la balanza comercial arrojaba un resultado positivo de 3.146 millones de dólares, el saldo de la cuenta corriente registra un déficit de 2.571millones, debido al pago de los servicios de deuda. La deuda externa alcanzaba los 44 mil millones de dólares (seis veces las exportaciones anuales).[6]
• Del optimismo a la impotencia.
A pesar de la gravedad que demostraban los indicadores macroeconómicos, al asumir la nueva gestión se respiraba un ambiente optimista, basado en las expectativas favorables por parte del gobierno y suequipo económico frente a las condiciones auspiciosas que presentaban los mercados internacionales a principios de los 80. El ministro de Economía Bernardo Grinspun y su equipo, confiaban en una expansión de las exportaciones agropecuarias para impulsar la economía local y afrontar la deuda externa, así como también preveían un clima saludable para la inversión productiva. Esta confianza inicial...
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