Gobiernos Totalitarios
Páginas: 4 (938 palabras)
Publicado: 10 de octubre de 2012
La explosión, el abismo y el demonio.
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Victor M. Pérez-Rul
Los mares y océanos caen en la más profunda obscuridad de sus zonas abisales. A 6000 metros de profundidad no hay un solo rayo deluz que penetre. En el aplastante cuerpo de agua, reina la obscuridad más densa, anfitrión de mundos que parecieran alienígenas y que de alguna manera lo son a nuestros ojos y consensos.
¿Qué cosasatravesarán la conciencia, espíritu o simple vida de un demonio del mar (Fanfin Seadevil de la familia de los Caulophrynidae)? Los seres bioluminiscentes que habitan los abismos percibirán acaso queencima de ellos el agua se hace ligera y que luego desaparece, que arriba existe algo liviano y claro que llamamos aire y en él, criaturas que no flotan sino que se mantienen adheridas al fondo de loque para ellos es un desconocido techo, el último límite de su mundo.
Es muy sencillo pensar en estos cuerpos de agua en los que vive el demonio del mar (aquellos que tienen un filamento con unapéndice luminoso en la cabeza, que no utilizan para ver, sino para atraer a sus presas) como una cosa carente de luz, abstracta, misteriosa, macabra. La voracidad de aquellas profundidades se parece a ladel espacio exterior. Si una muestra de este espacio exterior pudiese meterse en un acuario, causaría seguramente el mismo efecto electrizante en la piel, la misma chispa lenta, casi viscosa que recorrela medula espinal del espectador, que con la boca entrecerrada, deja un halo de vapor en forma de mano sobre el vidrio al pensar que detrás de una ventana totalmente negra que sólo refleja su rostro,se esconden las posibilidades más vastas de un universo extraño, así como el vacío mismo y la ausencia. Como un demonio marino que flota sin rumbo en la obscuridad de los abismos del océano, tan a laderiva en su propia supervivencia y evolución, así podría flotar un cuerpo celeste. Ambos aparentan estar en el más profundo silencio.
La negrura del espacio exterior es impactante, pero acaso...
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Victor M. Pérez-Rul
Los mares y océanos caen en la más profunda obscuridad de sus zonas abisales. A 6000 metros de profundidad no hay un solo rayo deluz que penetre. En el aplastante cuerpo de agua, reina la obscuridad más densa, anfitrión de mundos que parecieran alienígenas y que de alguna manera lo son a nuestros ojos y consensos.
¿Qué cosasatravesarán la conciencia, espíritu o simple vida de un demonio del mar (Fanfin Seadevil de la familia de los Caulophrynidae)? Los seres bioluminiscentes que habitan los abismos percibirán acaso queencima de ellos el agua se hace ligera y que luego desaparece, que arriba existe algo liviano y claro que llamamos aire y en él, criaturas que no flotan sino que se mantienen adheridas al fondo de loque para ellos es un desconocido techo, el último límite de su mundo.
Es muy sencillo pensar en estos cuerpos de agua en los que vive el demonio del mar (aquellos que tienen un filamento con unapéndice luminoso en la cabeza, que no utilizan para ver, sino para atraer a sus presas) como una cosa carente de luz, abstracta, misteriosa, macabra. La voracidad de aquellas profundidades se parece a ladel espacio exterior. Si una muestra de este espacio exterior pudiese meterse en un acuario, causaría seguramente el mismo efecto electrizante en la piel, la misma chispa lenta, casi viscosa que recorrela medula espinal del espectador, que con la boca entrecerrada, deja un halo de vapor en forma de mano sobre el vidrio al pensar que detrás de una ventana totalmente negra que sólo refleja su rostro,se esconden las posibilidades más vastas de un universo extraño, así como el vacío mismo y la ausencia. Como un demonio marino que flota sin rumbo en la obscuridad de los abismos del océano, tan a laderiva en su propia supervivencia y evolución, así podría flotar un cuerpo celeste. Ambos aparentan estar en el más profundo silencio.
La negrura del espacio exterior es impactante, pero acaso...
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