gomez suares figueroa
En su obra cumbre, los Comentarios Reales de los Incas, publicada en Lisboa, en1609, expuso la historia, cultura y costumbres de los Incas y otros pueblos del antiguo Perú, libro que luego del levantamiento de Túpac Amaru II sería prohibido por la Corona española en todas suscolonias de América, al considerarla sediciosa y peligrosa para sus intereses, pues alentaba el recuerdo de los incas.6 Esta prohibición rigió desde 1781, aunque la obra se siguió imprimiendo en España.
Otras obras importantes del Inca Garcilaso son La Florida del Inca (Lisboa, 1605), que es un relato de la conquista española de Florida; y la Segunda parte de los Comentarios Reales, más conocidacomo Historia General del Perú (Córdoba, 1617), publicada póstumamente, donde el autor trata sobre la conquista del Perú y el inicio
Primeros años [editar]
Era hijo del conquistador español capitán Sebastián Garcilaso de la Vega, de la nobleza extremeña, y de la ñusta o princesa incaIsabel Chimpu Ocllo, nieta del Inca Túpac Yupanqui y sobrina del Inca Huayna Cápac, emperador del "reino de lascuatro partes o suyos" o Tahuantinsuyo (nombre del Imperio incaico en su lengua nativa quechua). Su nombre de bautismo fue Gómez Suárez de Figueroa, que tiempo después, radicando en España, se lo cambiaría por el de Inca Garcilaso de la Vega.
Gracias a la privilegiada posición de su padre, que perteneció a la facción pizarrista, fue bautizado con los apellidos ilustres del mayor de sus tíos paternosy de otros antepasados que pertenecieron a la casa de Feria. Recibió en el Cuzco una esmerada educación al lado de los hijos de Francisco y Gonzalo Pizarro, mestizos e ilegítimos como él, pero durante sus primeros años estuvo en estrecho contacto con su madre y con lo más selecto de la nobleza incaica, entre los que se contaban los hijos del inca Huayna Cápac: Paullu Inca y Tito Auquí. Accediópues a la instrucción de los amautas o sabios incas versados en la mitología y cultura incas:
Estas y otras semejantes pláticas tenían los Incas y Pallas en sus visitas, y con la memoria del bien perdido siempre acababan su conversación en lágrimas y llanto, diciendo: "Trocósenos el reinar en vasallaje, etc." En estas pláticas, yo como muchacho, entraba y salía muchas veces donde ellos estaban y...
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