Gothman

Fabian y yo
Al otro, a Fabian, es quien procura vivir extrovertido. Yo, cercado por un mundo inevitable de lecturas filosóficas y me entretengo, acaso ya inconscientemente, estoydestinado a conformarme con lo que se me ofrezca; de Fabian tengo noticias gracias a los medios masivos y no obstante veo su nombre en importantes publicaciones de la red y prestigiosasrevistas humorísticas. Me gustan los lugares oscuros, la música, la caligrafía gótica, la epistemología, los ambientes naturales y la fantasía de Poe; el otro comparte esas particularidades,pero de un modo espontaneo, así pasan a ser de alguna manera en atributos de un humorista. Sería hipócrita de mi parte certificar que la relación no es incompatible; vivo para que Fabiandisfrute y esa anticuada experiencia lo previene. Nada me cuesta confesar que lo ha logrado, ha disfrutado de su vida en su máxima expresión, pero si dicha experiencia lo previene es absurdopensar que me refiero a todo, quizás porque no lleva una vida perfecta, sino espontanea e irracional. Por lo demás, yo estoy de acuerdo en afirmar que tenemos una significativarelación, irreversiblemente, a pesar de las oposiciones, en ningún instante yo podría sobrevivir sin él. Cada vez mas voy complementándole todo, a pesar de que son muchos campos vacios por llenar.Spinoza entendió que todas las cosas quieren perseverar en su ser; la piedra eternamente quiere ser piedra y el tigre un tigre. Yo he de quedar en Borges, no en mí (si es que alguiensoy), pero me reconozco menos en sus libros que en muchos otros o que en el laborioso rasgueo de una guitarra. Hace años yo traté de librarme de él y pasé de las mitologías del arrabal a losjuegos con el tiempo y con lo infinito, pero esos juegos son de Borges ahora y tendré que idear otras cosas. Así mi vida es una fuga y todo lo pierdo y todo es del olvido, o del otro.