Gracias doctor

Gracias doctor
Era uno de los lugares más lindos en donde René disfrutaba estar. Su casa, era su lugar en el mundo, y luego el Hospital Policlínico, donde recibía los casos los casos más complicados de Buenos Aires. Pero esos días de mayo de 1962, todo estaba dado vuelta.
René, estaba en su habitación cuando escuchó unos gritos que provenían de la cocina. Un poco asustado por lo que seescuchaba, se dirigió hacia allí. Cuando llegó se sorprendió de lo que estaba vendo. Su madre estaba agarrándose el pecho con ambas manos, y lentamente se estaba cayendo al suelo. Y asi, el tuvo su primer caso del día. Su madre, su propia madre, estaba agonizando y el sabía de qué. Ella, hace varios días, había manifestado que sentía fuerte dolores en el pecho, y eran muy persistentes.
* Tranquilamamá. Ya llamo a un medico. —
* Pero hijo, — le dijo su madre, aunque con una voz muy débil. — vos sos médico.
* Si, pero yo no puedo atenderte. Nuestros familiares deben ser atendidos por otros médicos, nosotros no podemos…— le dijo René, pero a pesar de eso, se apresuró a asistir a su madre
Le hizo los masajes cardíacos correspondientes, y luego la cargó en sus brazos, y la llevó hastasu auto. Rápidamente manejo hacia el hospital, donde junto a un grupo de médicos, revisó a su madre, ya que había sufrido un principio de infarto.
Luego de unas horas, su madre estaba estable, y aunque debía tomar varos remedios, volvió a su casa con su hijo.
— Gracias por salvarme la vida. — le dijo Leonor, su madre. Una modista muy importante de la ciudad.
* De nada mamá. —contestó.
En ese instante, sonó el teléfono, y René corrió a atenderlo.
* Hola si.. ¿Quién habla?
* Dr. lo necesitamos. URGENTE. La paciente que usted transplantó hace unos días, está muy grave. Creemos que el corazón está siendo rechazado por su cuerpo. El Dr. Azuí está en quirófano y no puede ayudarnos y...
* Bueno, basta de charla. Ya voy para allá.
René, colgó el teléfono, y se dirigióa la habitación de su madre.
* Mamá, tengo una urgencia. Creo que esta noche tendré que hacer guardia. Pero no te dejaré sola. Vendrá Juan, a cuidarte. Cualquier cosa, dile a mi hermano que me llame.
* Adiós hijo. No tardes, yo estoy bien.
El Dr. se despidió de su madre, y se dirigió a la cochera en donde había guardado su auto. Subió a el, pagó el estacionamiento, y salió del lugar.Manejó nuevamente hacia el hospital, de forma rápida pero cautelosa.
Siempre que iba al hospital, subía por las escaleras, pero ese día, debido a la gravedad de la situación decidió subir por el ascensor.
Pero al pasar recién el 1° pios, el ascensor se quedó trabado. Favaloro comenzó a despotricar contra las personas del mantenimiento, diciendo que no podía ser que ocurra eso cuando había una vidaen riesgo.
Tardaron masomenos quince minutos en sacarlo de allí, y cuando salió, de forma agresiva subió corriendo los 3 pisos que le faltaban.
Cuando llegó, vió las caras de dolor y preocupación de todos los familiares que se encontraban en la sala de espera, pero eso no lo detuvo. Entró a la habitación y se dispuso a trabajar.
La mujer estaba muriéndose. Eran los últimos latidos de esecorazón según la maquina que sonaba cada vez mas fuerte, y con un dejo de temor, se dispuso a realizarle electroshock.
* Vamos. Uno, Dos Tres, ¡¡VOY!! — gritó Favaloro. — Otra vez. Uno, Dos Tres… ¡¡ VOY!! — pero todavía ella no respondía…
* Ultima vez, UNO, DOS, TRES… ¡¡VOY!! — Y ahí, Marlina se estabilizó. Sus latidos volvieron a ser acompasados, uno tras otro, lento y luego fuerte, pero dandoindicios de que estaba mejor.
René, nuevamente salió victorioso. Salió del cuarto, recibiendo las felicitaciones de sus compañeros, y afuera, se encontró con la familia de Marlina, quienes lo llenaron de elogios, y gratitudes, pero el, siempre modesto, les dijo:
* No hace falta, tanto elogio. Marlina fue muy fuerte y quiso quedarse con ustedes. Fue todo mérito de ella —
* No,...