Gramsci y la cultura
Tomado de: Revista Foro No.1 Bogotá, Septiembre de 1986. pp. 63-67
Orlando Pulido Ch. Antropólogo. Coordinador Unidad de Desarrollo Cultural. Foro Nacional por Colombia.
Introducción
Como es característico en el conjunto de su obra, Antonio Gramsci no dejó, sobre la cultura, una reflexión ordenada sistemáticamente. Envez de ello, legó una serie de lúcidas y profundas observaciones, dispersas en artículos periodísticos, cartas y cuadernos de notas redactados en prisión. Estas ideas, determinadas y definidas –como diría Locke-, se encuentran, no obstante su dispersión, articuladas por la coherencia de un pensamiento en extremo riguroso y original, negado a todo dogmatismo y abierto a innumerables de desarrollo.De allí que la interpretación de un autor tan rico en sugerencias como él, no esté exenta de riesgos y equivocaciones. Su lectura, más que un ejercicio de exégesis o de reconstrucción, es un ejercicio de construcción: es una constante incitación al abandono de la letra y una exhortación a la imaginación. Definitivamente, ante Gramsci, no es posible evadir la responsabilidad de asumir el textopara intentar ir más allá de él.
Como anota Gilbert Moget, la concepción de la cultura en Gramsci es “total, universal, no puede separarse de la filosofía de la praxis y, por ende, de la historia y de la práctica”[1] En realidad, Gramsci abre un universo nuevo, descubre una dimensión diferente, plantea la posibilidad de una lectura cultural de la sociedad, en la cual, sin perder suespecificidad, se sintetizan los demás elementos que la constituyen, contribuyendo de este modo a delinear el perfil de un modo de ser social distinto del económico o el político. Así, lo cultural adquiere entidad propia, se organiza en un nivel relativamente independiente, observable y analizable, dotado de una naturaleza específica que lo define en su esencia.
En esta concepción no existe lapreocupación por dar a cada ciencia la parte de cultura que ella cree debe corresponderle, tal como intenta hacerlo el pensamiento positivo, puesto que la cultura permea todo el cuerpo social y, lo mismo que la política o la economía, está sujeta al juego de las contradicciones que la determinan históricamente. Por lo demás, esta indiferencia hacia la definición de la cultura en relación con las cienciaspuede ser explicada por el hecho de que ella se encuentra en el tal vez único terreno común a todas: el de la unidad entre la teoría y la práctica o, para decirlo utilizando una expresión de Gramsci, en el lugar donde se afirma la necesaria conexión entre el orden de las ideas y el de la acción. Esto significa que toda la realidad es cultura, que no existe nada por fuera de ella, ni el hombre nila naturaleza, y que cuando las ciencias especializan sus objetos y sus métodos, lo hacen para dar cuenta de su naturaleza resaltando algunas de las relaciones en que entran sus cualidades esenciales.
Las “dimensiones” del concepto de cultura
Sin embargo, esta concepción total y universal no hace de la cultura un ente amorfo e indistinto. Por el contrario, de los presupuestos gramscianosse puede deducir la existencia de varias dimensiones del concepto. Estas dimensiones, que dan cuenta de las principales formas de ser de la cultura, corresponden, también, a distintos niveles de abstracción y constituyen los ejes sobre los cuales es posible estructurar una teoría de la cultura.
En principio, se pueden distinguir tres dimensiones que van de los más abstracto a lo concreto: 1)la dimensión antropológica, 2) la dimensión histórica-abstracta y, 3)la dimensión real.
La primera, se refiere a la definición del hombre como ser genérico y apunta a establecer el carácter de la cultura en su aspecto más general: esto es, como la manifestación práctica del ser genérico del hombre o, si se quiere, como la manifestación histórica de su humanidad. Esta caracterización se...
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