Green John Buscando a Alaska
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Agradecimientos
Muchas gracias a las transcriptoras, correctoras, revisora y diseñadora que
participaron para hacer posible este proyecto. Y gracias a ti, que con tu
lectura nos ayudas a seguir adelante con esto.
¡Disfruta de la lectura!
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Sinopsis
Cansado de su aburrida existencia, Miles, de 16 años, deja su casa para buscar su
“gran quizás” en un colegio internado. Ahí su recién descubierta libertad y una
enigmática chica, Alaska, lo lanzan de lleno a la vida. Miles se siente que está por
alcanzar su objetivo cuando una tragedia inesperada amenaza con arrebatárselo.
¿Cómo la intensidad de la amistad puede terminar en una pérdida devastadora?
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Parte 1
ANTES
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Capítulo 1
Ciento treinta y seis días antes
Una semana antes de que dejara a mi familia, la Florida y el resto de mi vida anterior
para irme a un internado de Alabama, mi madre insistió en darme una fiesta de
despedida. Decir que yo tenía pocas expectativas sería desestimar demasiado el asunto. Aun cuando me vi más o menos forzado a invitar a todos mis “amigos de la
escuela”, es decir, a la muchedumbre heterogénea de teatro y los “matados” de la clase
de inglés con los que me sentaba por una necesidad social en la cavernosa cafetería
de mi escuela pública, sabía que no vendrían. De todas maneras, mi madre perseveró,
sumergida en la ensoñación de que yo le había guardado el secreto de mi popularidad
todos estos años. Preparó una gran cantidad de aderezo de alcachofas; decoró la sala
de nuestra casa con banderolas verdes y amarillas, los colores de mi nueva escuela;
compró dos docenas de refrescos con piquete de champaña y los colocó en el borde
de la mesa lateral.
Y cuando por fin llegó ese último viernes, cuando mi equipaje estaba casi del todo
empacado, se sentó con mi padre y conmigo en el sofá a las 16:56 y esperó con mucha
paciencia la llegada de la Caballería del Adiós a Miles. Esta Caballería estuvo
conformada por exactamente dos personas: Marie Lawson, una diminuta chica rubia con lentes rectangulares, y su rechoncho (por decirlo con amabilidad) novio, Will.
—Hola, Miles —dijo Marie al sentarse.
—Hola —contesté.
—¿Cómo te fue en las vacaciones de verano? —preguntó Will.
—Bien, ¿y a ustedes?
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—Bien. Participamos en Jesucristo Superestrella. Yo ayudé con los escenarios. Marie
manejó las luces —dijo Will.
—Qué bien —asentí como si supiera de qué se trataba, y con eso terminaron nuestros
temas de conversación. Podría haber hecho alguna pregunta acerca de Jesucristo
Superestrella, excepto que: 1) no sabía lo que era, 2) no me interesaba saberlo y 3)
nunca he sido muy bueno en las conversaciones triviales. Mi mamá, sin embargo,
podía sostener conversaciones triviales por horas, así que logró extender la
incomodidad preguntándoles sobre su horario de ensayo, cómo había salido la obra y
si había sido un éxito.
—Creo que lo fue —dijo Marie—. Asistieron muchas personas, creo —Marie era del
tipo de personas que creen mucho.
Por último, Will dijo:
—Bueno, pues solamente pasamos a decirte adiós. Tengo que llevar a Marie a su casa
antes de las seis. Diviértete en el internado, Miles.
—Gracias —contesté, aliviado. Peor que hacer una fiesta a la que no asiste nadie es
hacer una fiesta a la que sólo asisten dos personas vasta y profundamente aburridas.
Se fueron y entonces me senté junto a mis padres a mirar la televisión en blanco, con
la intención de prenderla pero a sabiendas de que no debía hacerlo. Sentía que me
miraban y esperaban que me soltara a llorar o algo así, como ...
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