Griegos
¡Moradas de Admeto, en las que yo,
aunque dios, aguanté la mesa de los siervos!
Zeus tuvo la culpa, que mató a mi hijo
Asclepio hundiéndole en el pecho el rayo,
por lo cual,yo irritado voy y mato a los Cíclopes,
forjadores del fuego de Zeus. Y mi padre a servir
me obligó en castigo, en casa de un hombre mortal.
Vine a este país y fui boyero de mihuésped;
hasta ahora he guardado esta casa.
Yo, que soy santo, con un santo hombre topé,
el hijo de Feres, a quien he salvado de morir
engañando a las Moiras. Las diosas me han permitidoque Admeto escape por ahora el infierno,
con tal de que ofrezca otro muerto a los de abajo.
A todos los suyos los ha recorrido y probado,
a su padre y a la vieja madre que lo dio a luz,ni, fuera de su mujer, encontró quien quisiera
morir por él y dejar de ver la luz.
A ella la lleva por la casa en sus brazos,
derrámasela el alma: pues en este día
tiene que moriry dejar la vida.
Yo, para que no se alcance impureza en la casa,
dejo este techo, mi más caro cobijo en este mundo.
Ya veo aquí cerca a Muerte,
que sacrifica a los moribundos, y quea las moradas de Hades se la va a llevar: ha Llegado en su momento
guardando el día en que ella tiene que morir.
MUERTE ¡Ah, ah!
¿Qué haces tú en esta casa?, ¿qué haces aquí dandovueltas, Febo? Pecas cuando los honores de los de abajo
recortas y suprimes.
¿No te ha bastado impedir el destino
de Admeto, a las Moiras con taimadas
artes engañando? Y ahora, otravez,
custodias, tu brazo armado del arco,
a la que ha prometido, para salvar a su marido, morir ella, la hija de Pelias.
APOLO
Tranquilízate. Guardo justicia y buena razón.
MUERTE
¿Ya qué viene el arco, si guardas justicia?
APOLO
Siempre es mi costumbre llevarlo.
MUERTE
Y ayudar a esta casa fuera de justicia.
APOLO
De un hombre amigo me duelen las desgracias.
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