Gritos de muerte y libertad
Luego de su victoria en la Batalla del Monte de las Cruces, Allende e Hidalgo (referido por su ejército como «Generalísimo») se recuperan de una lucha sin cuartel. Mientras observa elpanorama desolador a sus alrededores, Allende llama a Mariano Abasolo para informarse del número de bajas en sus líneas, y éste le responde que son cerca de 3 000 hasta ese instante. Para entonces,Allende está completamente decidido a ocupar la ciudad de México, al informarse que el militar español Félix Calleja no se encontraba cerca de ahí. No obstante, por otra parte, Hidalgo comienza adesanimarse ante el elevado número de muertes en su ejército, así como por la creciente destrucción y sufrimiento por doquier. Al día siguiente, José Mariano Jiménez es enviado a una negociación con el virrey,sin embargo es detenido en un retén instalado en el Acueducto de Chapultepec, desde el cual es enterado de la renuencia de Venegas a capitular ante la inminente llegada de refuerzos, con lajustificación de que «ninguna horda de zambos dominará Nueva España». Tras esto, Jiménez regresa al Monte de las Cruces para dar a conocer a los demás sobre su fallida misión, aspecto del que Ignacio Aldama semofa. Contraponiéndose a la decisión de Hidalgo, Allende ordena marchar a la ciudad de México tan pronto como sea posible, confiado en que podrían tomarla antes de la llegada de Calleja. Al mismotiempo, Abasolo sugiere que Hidalgo ya no puede controlar las tropas como debiera ser, aspecto con el que coincide Allende. A la mañana siguiente, Hidalgo conversa con Allende acerca de la resolucióndefinitiva de batalla: este último le sugiere que le ceda el mando, puesto que el cura ya no desea continuar con más masacres. Así, le da a elegir entre esa opción, o continuar como el Generalísimo yordenar el asalto a la ciudad. Al final, Hidalgo elige no avanzar así que emprenden la retirada hacia el Bajío, pero en el camino son sorprendidos por las tropas realistas de Calleja en Aculco, y...
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