Gritos del alma
Dedicatoria
Para todas las personas que leyeron esta novela durante el transcurso que fue naciendo una y otra vez, ¡miles de gracias! Porque sin su apoyo, esto en verdad, no habría sido posible ¡Lo logramos! Para mi editora auto asignada Primis, alter ego, forera, y demás personalidades En verdad no sé de donde nació tanto amor Pero aún así, miles de besos cariño, Porque tú fuiste la primera Gracias por tus consejos, y a pesar de nuestras guerras, discusiones, pleitos, diferencias…, ¡Vaya! Y aun así, Te quiero Y para mis amigas INTIEMPALES, gracias chicas, por esas sonrisas y esos maravillosos momentos, que aunque sean a tales horas de la madrugada ha valido la pena cada desvelo. Esas amigas que aunque no están a la vuelta de la esquina están al prender la computadora chicas, ¡que viva el amor INTIEMPAL! Ailoviuu chuu
INDICE
Prólogo: El comienzo Capitulo 1: La llamada Capitulo 2: Confesiones Capitulo 3: Cambiando las reglas Capitulo 4: Recuerdos de una trágica noche Capitulo 5: Después de la tormenta… llegan las consecuencias Capitulo 6: AL final del día Capitulo 7: Decisiones Capitulo 8: Promesas olvidadas Capitulo 9: Dilemas y toma de decisiones Capitulo 10: Entrevista con el Diablo Capitulo 11: La despedida Capitulo 12: En el presente Capitulo 13: Regreso a casa Capitulo 14: Reencuentro y Nuevas visitas Capitulo 15: Revelaciones Capitulo 16: El agua que fluye Capitulo 17: Sin título
Capitulo 18: Soledad y Nostalgia Capitulo 19: Juntos otra vez Capitulo 20: Luz de Luna Capitulo 21: Luz de Luna Capitulo 22: La rosa blanca Capitulo 23: Tranquilidad Capitulo 24: Relaciones Capitulo 25: “Mi pequeña guerrera…” Capitulo 26: La espera Capitulo 27: Un favor Capitulo 28: Ir al encuentro Capitulo 29: Gritos del Alma Capitulo 30: Mary Ann Capitulo 31: Disculpa y Olvido Capitulo 32: Buenas nuevas Capitulo 33: Su primer beso Capitulo 34: A corazón abierto Capitulo 35: Votos y promesas Epilogo: El ramo de novia
Prologó El comienzo
El resplandor de aquel relámpago seguido del estridente sonido, hizo que Ariana levantara la vista. Estaba despierta, con la mirada hacia la ventana, viendo pero no observando, solo siendo una espectadora de lo que pasaba afuera. Ariana era conciente de como las gotas de lluvia chocaban contra la ventanilla, y se deslizaban por ella. El cielo estaba llorando, mientras que ella ya no podía. Hacia mucho tiempo, Ariana se había hecho el juramento de que jamás verían correr lágrimas de sus ojos, y mucho menos, que nadie la vería sufrir. Solo había hecho una excepción, hace ya, muchos años. En el funeral de su padre. Pero después de eso, jamás había vuelto a llorar. Hasta aquella noche anoche, hasta aquella llamada… cuando el infierno se había desatado. Ariana solo quería gritar, pero tenía un nudo en la garganta. Los recuerdos que alguna vez había dejado atrás regresaron. Tantas cosas, tantos sueños, tantos rostros…. Y ahora, en ese momento, tenía la sensación de que algo presionaba contra su pecho. Se acomodó en el asiento del avión, y su mirada se posó en los asientos que estaban adelante. Todo mundo dormía menos ella. Siempre había sida una de esas personas, que cuando viajaba se dormía en el primer momento. Solo tenía que colocar su cabecita en el respaldo, y dejaba este mundo, para entrar en el de Morfeo. Y tuvo la vaga ilusión de que eso pasaría una vez que subiera al avión, de que su mente se sumiera en sueños y dejara de pensar, de recordar. Ilusa de mí, pensó. Ella solo quería despejar su mente, descansar. Y solo esperar hasta que llegase a su destino, era ahí cuando ella empezaría a verdaderamente preocuparse.
La tensión que recorría todo su cuerpo, era terrible, y por lo visto hasta la ...
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