Grupo 1
gaucho” más la información que encuentren sobre este momento histórico de Argentina.
El gaucho, preocupado por el estado de su patrimonio, bajó de su caballo y se dirigió a la
pulpería:
—¡Luchemos por nuestra libertad, paisanos! Con libertá vivamos, ¡no dejemos que ete par de
ricachones hagan lo que se les cante! entró gritando
—Ete eta mamao… se escuchó al fondo
Al ver que no ocurrió nada, el gaucho gritó más fuerte, pero aun así su esfuerzo fue en
vano. Continuó su camino por lo largo del bar, encontrando así a un compañero que pensaba
igual que él. Se llamaba Juan y también pensaba como el gaucho, sólo que sus ideas se
dirigían más hacia el lado de los unitarios, siendo que el gaucho era federal.
Los dos compañeros, discutieron sobre sus maneras de gobierno. El gaucho decía que cada
uno debe cuidar lo suyo y por lo tanto, no tendrá que depender de nadie. Juan por su parte
quería que una sola provincia gobernara a todos.
—Pero si gobierna una sola provincia, el poder podría ser abusado y volver a la misma
situación. Cuestiona el gaucho
—Sí, pero usté no se da cuenta que si es una sola provincia, el país comenzará a progresar,
debido a que las decisiones son más concisas. Responde Juan ante la cuestión del gaucho
Si bien los dos querían libertad, sus ideas de gobierno eran diferentes. Era difícil para Juan y el gaucho crear un buen pensamiento sobre el gobierno.
A pesar de que sus ideales presentaban diferencias, los dos comenzaron una aventura. De
ser nadie; a serlo todo.
El gaucho comenzó investigando las distintas culturas en diferentes zonas de su pueblo.
Entendió que no todos eran iguales y que sí existían desigualdades. Esto lo llevó a pensar, que
si bien él podría ser el mejor presidente, nunca podría satisfacer exactamente a todos.
Reconoció que iba a tener mucha gente en su contra, al igual que mucha gente con él y que a
pesar de lo difícil que iba a ser tratar de convencer a todos que iba a marcar una etapa nueva
en el gobierno, no tendría que darse por vencido en su camino.
Juan se diferenciaba del gaucho, ya que el tenía más dinero y había ocupado un puesto
importante en el pueblo a diferencia de él. Conoció maneras corruptas de cambiar de ideas a
su gente, prometiendo cosas que nunca iba a hacer, mejorando cosas que apuntaban al
aumento de ingresos de aduana y empeorando el funcionamiento del comercio. Pero aun así, Juan no era el culpable de estas acciones, si no su padre, quien era un hombre corrupto y frío a
quien no le importaba nada más que el dinero.
Los dos compañeros, luego de una larga tarde de trabajo, se reunieron y comenzaron a
discutir cómo deberían llegar hasta el puesto del presidente. Largas horas de discusión que
presentaban dos planteamientos: Juan juraba que los trabajos iban a cambiar, de manera que
los trabajadores ganen más y trabajen menos tiempo. El gaucho prometía una soberanía entre
ambos bandos, teniendo un acuerdo de paz e igualdad entre los diversos trabajos.
La discusión tomó lugar durante toda la tarde y noche de ese mismo día, horas y horas de
desacuerdos y acuerdos. Juan defendía su pensar y el gaucho también...
—¿¡Acaso quieres que todo vuelva a se’ como era ante!? ¿Que te hace pensá que si
seguimos estos paso vamo’ a cambia’ algo? Dice el gaucho enojado
—No e asi, gaucho, entende que si seguimo así, nuestro pueblo podría quedar en un
quiebre económico. Y más peor, podríamos terminar mal nosotros. Responde Juan con
seguridad ante la respuesta del gaucho. ...
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