GUADALAJARA
La muerte, tan temida y tan aceptada por otros, es algo de lo que nadie puede escapar. Su representación puede ser burlesca,venerable, terrorífica y hasta sagrada. El Día de Muertos (2 de noviembre) se llena de elementos simbólicos en un festín cultural en el que las decoraciones coloridas, aromas ancestrales, sonidos e imágenes,despiertan los sentidos para transportarnos a espacio de serenidad y reflexión.
La flor de cempasúchil, calaveras y dulces de azúcar, banderines de papel picado y veladoras constituyen en sumayoría al altar de muertos: construcción elevada con cajas de cartón, mesas o cualquier objeto que logre simular una edificación piramidal, sobre la cual se colocan ofrendas, de valor sentimental ymaterial, que representaron en vida al difunto. Los artículos expuestos en los diferentes niveles del altar, reciben y dan la bienvenida a este padre, madre, hijo, abuelo, hermano o amigo, de nuevo al mundode los vivos.
Desde la época prehispánica, esta tradición de origen mixteca sobrevive de generación en generación, sobre el mismo concepto de culto y homenaje.
Después de la muerte
Para lasantiguas civilizaciones, la vida no terminaba después de la muerte, sino que representaba el inicio de un nuevo camino, una nueva forma de vivir junto a sus dioses. De ahí que haya un gran número deceremonias y rituales para acompañar hasta el “más allá” el alma de la persona. El cadáver era enterrado junto a objetos personales y utensilios de trabajo que le pudieran servir en Mictlán, nivel de...
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