Gueguense
El Güegüense, que junto con sus dos hijos está oyendo lo que pasa, se da cuenta de la orden, pero aparenta creer que se refiere a un ternero, o a un portillo.
El Alguacil se presenta como sirviente del Gobernador. El Güegüensefinge creer que quien desea verlo es una criada. El Alguacil le pone las cosas en claro y le dice que se apure, que salga volando a ver al Gobernador. El Güegüense toma literalmente la palabra "volar" y hace mofa de un viejo que pudiera correr y volar. El Alguacil le dice que debe aprender a saludar correctamente al Gobernador para cuando tenga que presentarse ante él, para que lo que se ofreceenseñarle, previa remuneración, la forma cortesana de salutación. El Güegüense acepta la propuesta, pero finge no entender lo de la remuneración, y contesta con una serie de equívocos y burlas. Pero al fin saca su dinero, que, sin embargo, no entregará hasta que el Alguacil le enseñe la lección. Este recita la forma de salutación, la que el Güegüense pretende mal interpretar, repitiendo, encambio, frases de sonido parecido en que irrespeta al Gobernador. El Alguacil lo amenaza con darle de cuerazos, y al persistir el Güegüense en sus sarcasmos, le pega dos riendazos, y prosigue la lección.
En eso aparece el Gobernador; contesta el saludo de el Güegüense y le pregunta como ha llegado hasta allí sin tener licencia. El Güegüense primero le cuenta cómo se las ha ingeniado antes paraviajar por otras provincias sin licencia alguna. Pero, dándose cuenta de que eso no viene al caso, trata con artimañas de que el interrogatorio venga a caer en el relato de una ambigua historia respecto de cómo él obtuvo, en cierta ocasión, licencia de una niña, licencia que no era propiamente para poder viajar. El Gobernador no se deja embaucar y corta secamente el cuento, El Güegüenseentonces propone al Gobernador hacerse amigos, diciéndole que así sacaría una tajada de las inmensas riquezas y bellos atavíos que guarda en su toldo, o tienda. Duda el Gobernador de que eso sea verdad, y por esos dispone hablar en un aparte con Don Forsico, el hijo mayor del Güegüense.
Don Forsico corrobora el aserto de su padre y le dice: "el día y la noche son cortos para contar las riquezasde mi padre".
El Gobernador, no obstante, sigue dudando y resuelve interrogar a Don Ambrosio, el más joven de los hijos de El Güegüense. El muchacho cuenta una historia muy diferente. Dice que todo lo que ha relatado su padre es puro embuste, que el viejo es un pobre pelagato, y además ratero. El Güegüense, que alcanza a oírle, se queja de él calificándolo de afrenta para el buen nombrede la familia; y Don Forsico le asegura al Gobernador, en términos, que no dejan a dudas, que Don Ambrosio no lleva en sus venas una sola gota de sangre de El Güegüense.
Para dilucidar la cuestión el Gobernador propone al Gobernador mostrarle la mercancía bajo su toldo, y manda a sus dos hijos por lo uno y por lo otro. Luego le ofrece varias cosas imposibles, como decir un lucero que secolumbra por un agujero del toldo, más una vieja jeringa de oro para medicinar al Cabildo Real del Señor Gobernador. Mas como este le responde con aspereza, el Güegüense cambia de inmediato su discurso para hacer un elogio de las habilidades de Don Forsico en los múltiples oficios que tiene. Interésale esto al Gobernador y pide a Don Forsico le demuestre su saber. Esta alardea de todo lo...
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