guerra civil
El 1° de Abril de 1878 tomaba posesión de la presidencia de la República el General Julián Trujillo. Era presidente del Congreso don Rafael Núñez y, en calidad de su investidura, dio posesión al nuevo mandatario. En su discurso, Núñez pronunció aquella famosa frase que signaría desde entonces una época detrascendental importancia para nuestra historia, la época de LA REGENERACIÓN: regeneración administrativa fundamental o catástrofe, fue su sentencia premonitoria. Para él la crisis había llegado a un punto de no retorno y el dilema de «regeneración o catástrofe» debería ser resuelto por Trujillo mediante «una política diferente». Ese era su planteamiento.
Por supuesto, Trujillo poco o nada hizo parasolucionar la crisis. Venia de triunfar en una de las guerras civiles de mayor fanatismo de cuantas haya pasado el país, la de 1876, en la que los batallones del bando conservador habían sido bautizados con nombres de santos y denominaciones de la Virgen María y de Jesucristo. Ni tenía las ideas ni poseía la determinación suficiente ni contaba con el apoyo político necesario para la grantransformación que le demandaba Núñez al posesionarlo. Tendría que pasar un decenio de profundos traumatismos económicos y políticos, para que no Trujillo, sino el mismo Núñez emprendieran aquella misión histórica que se había trazado, la de LA REGENERACIÓN. Una guerra civil, levantamientos en casi todos los Estados, la división del Partido Liberal, un realineamiento del Partido Conservador, profundos ysutiles enfrentamientos políticos entre los dos partidos y dentro de cada uno de ellos, crisis económicas y medidas gubernamentales de todo tenor, conducirían el país a una transformación radical de su política y de su economía, cuyas repercusiones para su desarrollo han sido de trascendencia definitiva para el siglo XX. Poco a poco, la frase lapidaria de Núñez se iría imponiendo irremediablementehasta lograr que todo el país, amigos y enemigos, neutrales e indiferentes, partidarios y opositores, vivieran lo que la historia iría a llamar la «regeneración fundamental» de Colombia.
NÚÑEZ DESAFIA AL RADICALISMO
El regreso de Rafael Núñez a Colombia en 1874, diez años después de haber permanecido en Europa desempeñando distintos puestos diplomáticos, sacudió el escenario político del país. Ungrupo de eminentes radicales, entre los que se contaban Salvador Camacho Roldan, Miguel Samper, Eustorgio Salgar y Francisco J. Zaldúa, habían proclamado su candidatura sin contar con los más eminentes representantes del Olimpo Radical y de su jefe indiscutido, Don Manuel Murillo Toro. Empezaban a denominarse «liberales independientes» y a separarse de la dirección oficial de su partido.Representaban una corriente liberal que comenzaba a diferenciarse del «radicalismo».
En el conservatismo, por su parte, se habían conformado cuatro tendencias: los «ultraconservadores», de ideología religiosa con Don José Joaquín Ortiz; los «militaristas» siempre con la mente en la guerra civil al mando del general Manuel Briceño; los «particularistas» compuesta por empresarios de Antioquia agrupadosalrededor de Marceliano Vélez; y los «nacionalistas», partidarios de acuerdo con los liberales inspirados por Carlos Holguín y Carlos Martínez Silva.
Pero entre los dos bandos liberales y el conservatismo existía un sector independiente, unos de cuyos miembros venían del mosquerismo y otros eran militares no alineados, con aspiraciones caudillescas los más, los cuales habían estado casi siempre allado de los radicales en las luchas de los últimos quince anos, como los generales Solón Wilches, Santodomingo Vila y Daniel Aldana. El radicalismo pues, se había escindido en dos bandos y actuaba en el escenario un tercer sector liberal de militares muy ambiciosos y nada doctrinarios. Esta división producirla trascendentales consecuencias en la historia colombiana de la década siguiente.
El...
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