guerra civil
“Los testimonios muestran que para muchos miembros de la Cóndor el viaje a España era una forma de turismo bélico en una tierra exótica y soleada, con cámara de fotos incluida y búsqueda desouvenirs”, señala la historiadora en un bar de Barcelona.
Los aviadores “eran jóvenes nazis de pura cepa, la élite de la nueva Alemania, con una sensación muy profunda de ser superiores”. En puridad no eran voluntarios, recalca, sino que se los seleccionaba para una misión secreta y se les preguntaba si querían participar o no. Eran las ganas de aventura, las perspectivas de ascensos y la buena paga—Schüler-Springorum explica cómo la mayoría al regresar, bronceados y orgullosos, se compraban un coche y se casaban— lo decisivo para alistarse en la Cóndor.
La “inaccesibilidad” de las españolas obligó a abrir burdeles alemanes
Sobre el terreno, vivían como privilegiados una cierta dolce vita en un país devastado y hambriento. Aunque muchos expresaban sus quejas por el “maldito aceite de oliva”, lacomida no escaseaba (ni la bebida) y se les procuraba acogedores nidos, desde buenos hoteles al tren-vivienda de la tercera escuadrilla de cazas cuyas comodidades cantó el célebre Adolf Galland. Todo ello no impidió que el jefe de la Legión Cóndor, el altanero Wolfram Von Richthofen, pese a desayunar langosta y cava, esencializase: “La vida, el entorno, la comida, la gente, el país: todorepugnante”.
Los pilotos iban a cazar al campo, celebraban fiestas, se aburrían y sorprendían con sus maneras y atuendos, como cuando al pasear por Cáceres, relataba un aviador, “las chicas apartaban la mirada avergonzadas pensando que nuestros pantalones cortos blancos eran calzoncillos”.
En Alemania desde 1945 la unidad tuvo peor fama que el resto de la Luftwaffe
En general, cuando no ametrallaban obombardeaban, trataban de causar buena impresión, aunque se mostraban distantes y no ayudaba el que a menudo marcharan por las ciudades al paso de la oca. Su arrogancia, apunta la historiadora, asqueaba no solo a los republicanos, sino a muchos de sus propios aliados. Tenían una curiosa —vistas sus actividades— sensibilidad hacia el maltrato de los animales y consideraban espectáculo cruel lascorridas de toros. Sentían una aversión grande por la influencia de la iglesia católica y las “demasiadas misas”. El atraso, los latifundios y la miseria que vieron llevaron a algunos, por razones de modernidadnacionalsocialista y de manera más bien irreflexiva, a considerar que luchaban en el bando equivocado.
Schüler-Springorum dedica un espacio a abordar las relaciones sentimentales y lasefusiones sexuales de los miembros de la Cóndor. Llegaban con muchas expectativas de chicas de miradas ardientes “endiabladamente hermosas”, pero se encontraban con la “inaccesibilidad de las españolas”. Había que tirar finalmente de profesionales y se llegó a abrir “burdeles alemanes” a disposición exclusiva de los pájaros de la Cóndor.
La relación con los aliados era compleja. Los veían a todos...
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