Guerra con venezuela
Por Daniel Samper Ospina
OPINIÓN Soy pacifista. Invito a los dos presidentes a que cada uno acabe con su país, como lo han hecho con granéxito, para evitarse la fatiga de destruir al otro.
Sábado 14 Noviembre 2009
Sé que no es fácil reconocerlo, pero voy a tomar impulso: la verdad sea dicha, no me parece tan grave que haya guerra conVenezuela. No me parece preocupante, de verdad. ¿Qué puede dañar un misil si cae por acá? ¿La Caracas? ¿El Monumento de los Héroes? ¿Mesitas del Colegio? Seamos francos: nadie notaría si cae una bomba enla autopista norte: desde hace 35 años está como si le hubiera caído la bomba atómica.
Sin embargo, cada vez que en una conversación aflora este nacionalismo hostigante que tanto ha promovido elpresidente Uribe, frunzo el ceño, como si de verdad me importara lo que fuera a pasar. Bien: no puedo más. Sea éste el momento de confesar que no me importa, y que además no me aguanto el orgullo patrioque se ha exacerbado por culpa de las amenazas de Chávez: no me aguanto esta moda de pulseritas tricolores, no soporto a un funcionario más entonando el himno nacional con la mano en el pecho, no memamo la proliferación de un montón de fundaciones que uno ya no sabe si son campañas de promoción turística o partidos uribistas de esos en los que todo el mundo termina preso: Colombia es Pasión,Primero Colombia, Vive Colombia.
Digámonos la verdad: en términos generales, Colombia es un país de irresponsables. Pongo por caso el del presidente Uribe, Samuel Moreno y toda esa comparsa deliranteque fue a pedir la sede de los juegos panamericanos: ¿dónde querían hacer esos juegos? ¿En El Campincito? ¿En la cancha del Gimnasio Moderno? ¿Dónde pensaban hacer las carreras de natación, lascompetencias de clavados? El único lugar que se me ocurre es la calle 26, cuando se inunda, porque en el Aquapark de la 68 cada estafilococo es del tamaño de un sapo, y en Colombia los sapos son grandes:...
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