GUERRA DE MALVINA1

Páginas: 7 (1536 palabras) Publicado: 5 de junio de 2015

GUERRA DE MALVINAS:
Autor: Editorial de Felipe Pigna, revista Caras y Caretas, abril de 2007.

A mediados de 1829 el breve gobierno de Lavalle alcanzó a crear la comandancia política y militar de Soledad y designó a su frente al comerciante franco-alemán Luis Vernet. Por la zona pasaban constantemente barcos balleneros que hacían estragos con los valiosos ejemplares de cetáceos. En octubre de1829, el gobierno de Viamonte prohibió la pesca y captura de ballenas sin ningún resultado positivo, porque Vernet no tenía barcos ni elementos para hacer cumplir la reglamentación. En 1831, Rosas dejó sin efecto la prohibición y la reemplazó por un impuesto a los buques pesqueros. Pero los capitanes de los balleneros, viejos lobos de mar, pasaban de largo por Puerto Soledad y no pagaban uncentavo. Los yanquis no se iban a quedar tranquilos y el 28 de diciembre, día de los inocentes, del año 1831, el capitán Silas Duncan, de la fragata estadounidense Lexington, desembarcó en Puerto Soledad, atacó sus instalaciones, destrozó la artillería, quemó la pólvora y tomó prisioneros a seis oficiales argentinos. El gobierno de Buenos Aires reaccionó enérgicamente y Rosas le pidió al ministro Mazaque presentara una protesta formal ante Washington. El cónsul yanqui, Slacum y el encargado de negocios Bayles fueron declarados personas no gratas y expulsados del país. Pero antes de partir, los agentes le “avisaron” al ministro inglés que los Estados Unidos sólo pretendían permisos de pesca y que las islas estaban desguarnecidas y muy fáciles de tomar, invitando a los hijos de Su GraciosaMajestad a invadir las islas. Ante tan grato convite, los británicos se dieron a la tarea de usurpar las islas. El 2 de enero de 1833 se presentó en Malvinas la corbeta inglesa Clio cuyo comandante, el capitán John James Onslow, comunicó en perfecto estilo inglés al gobernador provisorio, Pinedo, que tenía órdenes de izar el pabellón de Su Graciosa Majestad el Rey Guillermo IV y expulsar a las tropasargentinas. Pinedo, viendo que no podía hacer nada, regresó con su gente a Buenos Aires.
Desconociendo la historia, barriendo con los avances diplomáticos, logrados sobre todo durante el gobierno del doctor Arturo Illia, la megalomanía de los uniformados y civiles que ocupaban militarmente la Argentina desde 1976 los llevó en abril de 1982, apurados por la explosión de la protesta social, a poner enmarcha con total improvisación el ataque a Malvinas. La historia que sigue es conocida y dolorosa. Hace exactamente un año estuvimos con un equipo de Caras y Caretas en las islas y publicamos entonces un número especial. Insistimos, volvemos a hablar de Malvinas, porque nos duele, porque no cabe ninguna duda de los legítimos derechos que nos asisten, como no cabe ninguna duda que hemos aprendidoque ninguna decisión de una dictadura asesina y antinacional pude ser favorable a la nación y al pueblo, porque su misma condición es antinacional y antipopular. Vaya pues nuestro sentido homenaje a todos los que dejaron su vida en Malvinas por una causa claramente justa, comandados, desde los cómodos y calefaccionados despachos de Buenos Aires, por los más ineptos e injustos servidores del Imperioque hoy luce orgulloso la base más austral de la alianza financiera-militar más poderosa que recuerde la historia que no trepida en lanzar “guerras preventivas” contra pueblos desprevenidos.

Autor: Gabriel García Márquez; diario El Espectador

Un soldado argentino que regresaba de las islas Malvinas al término de la guerra llamó a su madre por teléfono desde el regimiento I de Palermo en BuenosAires y le pidió autorización para llevar a casa a un compañero mutilado cuya familia vivía en otro lugar. Se trataba -según dijo- de un recluta de 19 años que había perdido una pierna y un brazo en la guerra, y que además estaba ciego. La madre, feliz del retorno de su hijo con vida, contestó horrorizada que no sería capaz de soportar la visión del mutilado, y se negó a aceptarlo en su casa....
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