guerra nuclear
La declaración de “estado de guerra” que el pasado 30 de marzo hiciera Corea del Norte a Corea del Sur, nuevamente alerta al mundo. Pese a que las dosCoreas -además de estar divididas-, se encontraban enfrentadas desde hace mucho, la amenaza nuclear no deja de sorprender a todo el orbe, puesto que pone en jaque permanente a la paz mundial.
Laposibilidad de un enfrentamiento bélico parecía irreal en la época actual, sobre todo por el grado de civilización que habíamos alcanzado; pero hoy más que nunca, su latencia es tangible. Todas las guerrasson negativas y debemos rechazarlas de antemano, puesto que no benefician a nadie. Por el contrario, involucionan nuestro desarrollo y traen consigo desolación y sufrimiento; sus saldos son cuantiosasvíctimas, tanto militares como civiles, ciudades y medios de vida destruidos. Y dentro de estos procesos negativos, hay otra víctima que no es relevantemente considerada: el ambiente. El dañoambiental por guerras no es cuantificado en su real dimensión. Entre las principales consecuencias figuran las fuentes de agua que quedan contaminadas, suelos degradados, bosques dañados y talados, la calidaddel aire seriamente disminuida y hasta la modificación de la temperatura ambiental.
La no tan lejana Guerra del Golfo (1990-1991) es un ejemplo de cómo un conflicto armado demuele a la población ysu ambiente. Unos diez millones de metros cúbicos de petróleo fueron derramados sobre el desierto, según el Instituto de Investigación Científica de Kuwait. Los vehículos militares y los movimientos deterreno afectaron más de 900 kilómetros cuadrados de desierto, lo que conllevó a que las dunas avancen. La contaminación afectó las costas de Kuwait y de Arabia Saudí, la actividad pesquera tuvo queparalizarse, se afectó a especies como las tortugas, que difícilmente recuperarán sus niveles anteriores. La quema de pozos petrolíferos afectó el ambiente por la gran cantidad de humo emanado y la...
Regístrate para leer el documento completo.