Guerrilla
Eran las seis y media de la mañana del día 15 de agosto, me dirigía hacia mi escuela ,a veinticinco minutos de mi casa, la escuela de Santa Isabel del pueblo de San Nicolás Romero a veintidós horas de la capital, donde no se llegaba en carro, donde no había electricidad ni el agua llegaba por una llave del grifo, tocaba ir con baldes para traer agua del rio; era un pueblohermoso pero dominado por la guerrilla porque a la autoridad le daba miedo ir, pensaban que no existíamos .
Llegaba a mi escuela al grado cuarto de primaria, pensaba en ir a elevar cometas con mis amigos en la tarde y tal vez comer un helado de quinientos pesos que vende la señora Inés. Ya eran la siete y veintitrés minutos, y el profesor no llegaba a clase de matemáticas, estábamos aprendiendo adividir por cuadro dígitos, yo terminaba de hacer un ejercicio que nos había puesto el profesor el día anterior. A las siete y treintaisiete minutos el profesor llegó cojo y con los ojos llorosos como si le preocupase algo, ‘’niños salgan al patio a formación’’, dijo con voz temblorosa, con ojos de confusión y mirando al suelo como si no quisiera que lo hiciéramos. Dejé mi lápiz encima del cuaderno,en el puesto. Entre tanto, salí despacio y mirando la cara de angustia del profesor de mi materia favorita, momento en el cual me dieron ganas de ir al baño, pensé ‘’voy rápido y luego salgo a la formación’’, me demoré por mucho dos minutos. Salí despacio, el profesor no se percató que me había escapado al baño. Cuando salí vi dos camiones de la guerrilla en la entrada y muchos soldadosdirigiendo la formación, sabía que los estaban reclutando, tenía diez años, ya me podían llevar, pero fui tan cobarde que me dio miedo salir y me quedé escondido en el lugar que y mis amigos hicimos para jugar en los descansos. Todos mis compañeros de clase tenían más de diez años, quería salir corriendo a ayudarlos, golpear a esos soldados y decirles lárguense no más, pero era imposible, era tan pequeñoe inocente, por Dios, eran cientos de soldados contra un pobre niño de diez años.
Al rededor de media hora, vi cómo se llevaron a cada amigo mío uno por uno de acuerdo a una lista, era mi turno, me estaban llamando, pero gracias a Dios el profesor me cubrió y dijo que yo no iba a la escuela hacía ya varios meses, ‘’gracias profe’’. Después de esto no pasó más de hora y media para que se fuerancon gran cantidad de niños de tercero, cuarto y quinto. Soy un afortunado no sólo porque no me llevaron sino porque mataron a los hombres que quedaban, incluyendo a mi profesor, quien me defendió de esos cobardes. Con lágrimas en los ojos pude ver como esos uniformados creyéndose más personas que nosotros, arrodillaron a todos y los mataban a uno por uno con un tiro en la frente a quemarropa, noles importó ni ver el llanto de las niñas y mujeres, no les importó siquiera matarlos al frente de ellas; y yo ahí impotente y atemorizado, mirando el genocidio que allí ocurría, ‘’grandes cobardes, lo que hacen sólo demuestra su gran ignorancia, sólo están ebrios de poder y con sed de más’’ pensé yo mordiéndome los labios y mirando los ríos de llanto y sangre que allí corrían.
Entre tanto, salícorriendo directo a mi casa, gracias a Dios mi mamá y mi hermana estaban bien. Les conté todo, en ese momento mi mamá salió corriendo sin explicación, traté de seguirla pero se esfumó como el viento. Buscaba de casa en casa, de tienda en tienda, pregunté a cada persona, conocida y desconocida, pero nadie me daba razón de ella. ‘’ ¿Por qué lo hizo?’’ me preguntaba a todo momento, ‘’ ¿cometí algúnerror al contarle?’’. Mientras le preguntaba a Don Joaquín, el señor de la tienda llegó una anciana diciéndome ‘’vi a tu mamá corriendo dijo que iba a mirar que su esposo, Don Gustavo estuviera bien, yo le dije lo que vi, que se lo había llevado la guerrilla, luego salió corriendo detrás de un camión, gritando devuelvan a mi esposo, en ese momento le dieron un tiro y la dejaron en la calle botada...
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