Guia De Doce Pasos Coda
Luego, me llega la paz, y mi vida comienza a ser más
gobernable." Bob T.
PRIMER PASO
ADMITIMOS QUE ERAMOS IMPOTENTES ANTE LA VIDA DE LOS DEMAS Y QUE
NUESTRAS VIDAS SE HABIAN VUELTO INGOBERNABLES.
-Primer Paso de CoDA
La primera vez que escuché este Paso, nolo entendí. No comprendí. Se me hizo confuso, amenazante y falso. ¿Impotente sobre la vida de los demás? Mi vida ¿ingobernable?
Creía estar en completo control de mí misma y de los demás. Pensaba que no existía circunstancia o sentimiento alguno, por sobrecogedor o agobiante que fuera, que no pudiera manejar mediante mi pura fuerza de voluntad. Creía que controlar todo era loque se esperaba de mí. Era mi obligación. Sólo así podía sobrevivir.
Y también pensaba que mi vida era mucho más gobernable que la vida de los demás... hasta que miré dentro de mí misma. Fue entonces cuando descubrí la corriente subterránea de miedo, ira, dolor, soledad, vacuidad y necesidades insatisfechas que me había dominado la mayor parte de mi vida.
Ahí fue cuando dejé demirar hacia otros el tiempo suficiente para poder contemplar el estado de cosas en mi propia vida.
Fue entonces cuando comencé a encontrar una vida propia y a vivirla.
"No sabía ni de poder ni de impotencia" dijo Mary, al hablar del Primer Paso. "Ser víctima o estar en control era como yo entendía el poder. Si era yo impotente, entonces alguien más estaba en control."Ahora podemos aprender una manera mejor de poseer nuestro propio poder que ser víctimas o controladores. Empieza al admitir y aceptar la verdad acerca de nosotros mismos y de nuestras relaciones.
Somos impotentes ante la vida de los demás. Cuando intentamos ejercer poder donde carecemos de él, nuestra vida se vuelve ingobernable en algún nivel. Ahora veamos algunas de lasformas en que la ingobernabilidad puede presentarse en nuestra vida, y cómo comenzaron algunas de nuestras ideas acerca de controlar a otros o dejarnos controlar por ellos.
MI HISTORIA
Aún recuerdo con claridad la escena, aunque haya sucedido hace más de una década. Alguien a quien amaba estaba bebiendo mucho. Era un alcohólico. Y no quería parar. Había hecho todo lo que estaba en mí paralograr que dejara de beber. Nada funcionaba.
Nada.
Tampoco era capaz de dejar de intentar controlar su forma de beber. Después de una ronda más de promesas, perdón y luego promesas rotas, di con el plan perfecto para obligarlo a dejar de beber. Le demostraría cómo se sentía amar a alguien que usaba substancias químicas. Simularía que había yo regresado a las drogas. Esollamaría su atención. Eso le enseñaría cuán dolida estaba. Entonces dejaría de beber.
Con cuidado monté la escena. Aunque no había usado drogas en años, coloqué a la vista toda la indumentaria del adicto: un paquetito de polvo blanco (usé azúcar glas); una cuchara quemada de un lado; una bolita de algodón en la cuchara. Luego, me acosté en el sofá para que pareciera queestaba bajo los efectos del narcótico.
Al poco rato, la persona a quien dirigía (en ese momento) mis esfuerzos por controlar entró al cuarto. Miró alrededor, vio la cuchara, me vio a mí, y comenzó a reaccionar. Salté del sofá y empecé a sermonear.
"¿Ya ves?" grité. "¿Ves como se siente amar a alguien y verlo usar drogas? ¿Ves cómo duele? ¿Ya ves lo que has estado haciéndome a mítodos estos años?"
Sin embargo, la reacción de él no fue tan importante como la de una vecina más tarde esa noche. "Lo que estás haciendo es verdaderamente una locura" dijo, "y tú necesitas ir a Al-Anon."
Tardé meses en comprender la verdad: no necesitaba demostrar al alcohólico cuán dolida estaba. Necesitaba tomar conciencia de cuánto dolor padecía. Necesitaba comenzar a...
Regístrate para leer el documento completo.