Guia siervo sin tierra
Caballero Calderón fue la vida de un hombre comprometido con su tiempo. Esta, que parece una frase de cajón, no lo es tanto si se revisan cada una de las caras de un hombre que no sólo fue un escritor consagrado y un agudo periodista, sino un hombre dispuesto a entender lo público como escenario de participación en dondees posible, de alguna manera, plantear cambios para la gente. Caballero Calderón, nacido hace cien años, un 6 de marzo de 1910, es para Colombia quizás la prueba de que es posible soñar con “fundar un pueblo, para luego gobernarlo”. Su interés en los temas de la tierra lo llevaron a hacer un proyecto de reforma agraria en Tipacoque, el lugar en donde fundó sus esperanzas de cambio y progreso, yen el cual transcurren muchas de sus novelas que hoy son de una actualidad pasmosa. Novelas que entendieron la clave de un momento en el que Colombia se debatía en una guerra partidista que dejó una estela de odios y de sangre en los años cincuenta y que aparecen en su pluma de manera magistral. No solo por el registro de una voz que hasta entonces no había aparecido en la literatura, esecoloquialismo definitivo que nos dejó personajes entrañables, sino por su insistencia en incrustar la actualidad en los temas del arte para entender y hacer una exégesis de la situación de esa Colombia rural y dolida, a veces tan parecida a la de hoy.
Ana Roda Fornaguera
LLEGAR AL DESTINO. EL ORÁCULO DE EDUARDO CABALLERO CALDERÓN
Lo más probable es que no este‐ un barrio al que sólo llega Dios, mos de acuerdo, que donde yo soporta los embates de una ban‐ escriba “todo está mal” la gente da de criminales.Y siguen suce‐ lea“soy un amargado”, pero la Colombia de hoy separece más de lo que nos gusta reconocer a la Colombia de hace sesenta años: hay que ser un mago, pienso yo, para negar que sigue siendo una suma de pueblos en suspenso. Foto Hector Fabio Zamora / El tiempoPodría insistirse, por qué no, en que en estos doce años se han alcanzado muchas metas diendo, escena por escena por en materia de seguridad. Podría escena, las novelas tristes de decirse, si se tratara de ser jus‐ Eduardo Caballero Calderón. Ya tos, que el ejército han pasado diecisiete años desde nacional ha recobrado una buena el año de su muerte, ya no está él parte del territoriopara dar la cara por su obra en perdido a manos de tantas ban‐ una época que les exige a los au‐ das alimentadas por tores que sean los vendedores de nuestros propios errores. Pero sus propios libros, pero Eduardo habría que reconocer Caballero Calderón en ningún que en el país siguen sucediendo momento ha dejado de ser uno esas películas del de los escritores fundamentales oeste en las que un caserío de nuestraabandonado por la ley, o historia. Hubo un tiempo, no ha‐ ce tantos años, en el que fue co‐ mún oírles a los críticos de aden‐ tro y de afuera que era el más importante de los narradores colombianos: la voz pausada, realista, castellana, que oíamos por encima de todos los ruidos. Pero un día, aun cuando sus obras han seguido reeditándose y releyéndose como tradiciones de la infancia (que para la gloria de un autor es, si uno lo piensa, más que su8iciente), pasó a ser el relato de un país del que poco se hablaba: el relato de un país de siervos sin tierra. Ricardo Silva Romero
II. ACTIVIDADES PROPUESTAS
Primera Parte: Viajando por Boyacá Antes de la lectura • Presente la biogra8ía del autor mediante una presentación en computador, una cartelera, un blog o una página en Internet. • Hable sobre el departamento de Boyacá, ubique a los participantes utilizando un atlas, el servicio de mapas de Google o cualquier otro medio. • Proponga un ejercicio que permita determinar cómo se puede llegar al municipio de Ti‐ pacoque desde su municipio o localidad, averigüen cuanto cuesta y cuantas horas tardan en llegar. Durante la lectura • Lea despacio ...
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