Guillermo pérez villalta

Guillermo Pérez Villalta: Artista Kitsch |

GPV dice, y hasta se atreve a escribirlo, que aún no se levantó a los prerrafaelitas la veda sólo porque por la belleza de sus obras se les consideracursis, palabra que entronca con una cuestionable historia asociada a dos hermanas catalanas de tal apellido que, por la gracia de caer en gracia por razón de sus gustos, en la ciudad de Cádiz, dondeel pópulo bautizó la estética que ellas involuntariamente pusieron de moda; y parece ser que a estas hermanas solteronas, que se supone lo fueron, les tomaron el nombre en la Tacita de Plata,apelativo bonito o cursi por el que se conoce a esa ciudad; aunque, por supuesto, el D.R.A.E. anota ante las acepciones de este adjetivo1 una atención a su origen desconocido expresado por la Real Academia dela Lengua que ostenta en su lema, sobre el crisol puesto al fuego en 1822 en su escudo, cursilada tal como “Limpia, pule y da esplendor” referido a nuestra amada lengua española; patente de corsocomo expresó, no sin cierta “tendensiocidad” Arturo Pérez Reverte2 en unas reflexiones publicadas hace un decenio.
Nuestro tarifeño multifacético, proclive a lo desmesuradamente hortera, escapado delas cárceles del gusto, la más sutil, según él mismo afirma, es cursi rayano a la simulación de la inocencia impúber insultando primor en sus obras pese a que, a poco que se le observa, delata unaprofunda complejidad, en parte secuela de sus arquetípicos procesos dimanantes de su paso por la escuela de arquitectura, en parte fruto del tropiezo de su pasión con su intelecto, en parte por partoscatársicos entre los clasicismos que disfrutó durante sus viajes y estancias en Londres, Paris y por entre los bellos cánones que habitan los museos italianos, que recorrió aprendiéndolos, porque el canones bello y por eso es canon.
“El mal gusto es la ausencia de gusto”, afirma el artista, inmerso como todos nosotros en la más absoluta carencia de sensibilidad que nos rodea, esa sosegada...