Héctor Cardenaz Bello

Un bohemio extraordinario
Nació en Chilpancingo el 27 de noviembre de l938. Desde pequeño fue taciturno, tímido. Sin embargo, desde esos, sus primeros años, parecía inclinado al arte de pintar. Pintaba todo. Manejaba los colores de lápiz, las acuarelas y, posteriormente, el óleo. Unos pinceles fueron su primer juguete. Vivía en la vieja casona de sus tías, también viejas. Apartado en eltraspatio, solitario, hacía dibujos de gallinas, de árboles, de macetas con flores. Nadie lo recuerda travieso, ninguno de los que fueron sus maestros puede recordar algo gracioso del niño Héctor Cárdenas Bello.
Transcurrió su niñez entre las faldas de sus tías a las que, ya adolescente, les prodigó los cuidados necesarios en su ancianidad. Así estudió la normal y se convirtió en maestro de primaria.Recordaba mucho el pueblo de Mexteopan, municipio de Olinalá, en la zona de La Montaña. Allí fue maestro rural. Convivió con campesinos y niños desnutridos. Se extasiaba ante los majestuosos atardeceres y ante las noches repletas de estrellas. La luna fue testigo de su permanente soledad. Había dejado los pinceles y su cerebro empezó a llenarse de notas y tonos. Pasaba los días oyendo música de todoslos géneros y, en ocasiones, tarareaba algo indefinido que no encuadraba con las melodías que había oído. Volvió a Chilpancingo y fue maestro de la escuela José María Morelos y Pavón. La vida de la ciudad, de la vieja ciudad de su juventud, empezó a inspirarle poemas.
La ciudad creció rápido. Se sacudió el ambiente semirural y empezó a adoptar aires de ciudad moderna. Se asfaltaron todas lascalles, surgieron los semáforos, se ampliaron los antiguos callejones y llegó gente de todas partes. Las casas de adobe y teja fueron derrumbadas para levantar edificios de pisos y centros comerciales. Héctor Cárdenas siguió viviendo en el pasado. Esas calles empedradas, los patios y los traspatios añosos, la feria pueblerina de San Mateo y las cristalinas aguas del Río Huacapa lo inundaban derecuerdos y de nostalgias.
Renunció al magisterio y se embarcó en el comercio. Fue su fracaso económico. Aunque, le diré, para Héctor el dinero no representaba nada. Si lo tenía, bueno. Si no lo tenía, también. Jamás hablaba de economías y jamás pretendió comprar lo que no necesitaba. Fue un amigo quien le pidió que le escribiera un poema para su novia. El amigo estaba decepcionado, derrotado por susamores no correspondidos. Héctor le hizo una canción. Su primera canción. Fue una canción empapada de tristeza. Así nació, por mera casualidad, el más prolífico compositor guerrerense.
Sus tías habían fallecido. Héctor, solo en la casa que le habían heredado, pasaba días enteros ante una libreta escolar describiendo, en versos, sus nostalgias. Nacieron poemas que después musicalizó. El viejoChilpancingo fue el motivo más socorrido en esta su primera etapa de inspiración. Sin horarios, sin compromisos, sin desplantes exhibicionistas Héctor deambulaba o noctambulaba por su ciudad natal. Las cantinas, los bares, las fiestas de los barrios, las reuniones amistosas fueron los escenarios en que desarrolló su bohemia. Muchas veces, en servilletas de papel escribía y escribía mientras trascurríanhoras y horas. A pesar de su gran afición a la música, a pesar de su vida de canciones y copas, a pesar de que componía melodías bellísimas, nunca aprendió a tocar ningún instrumento. Únicamente contaba con su memoria la que, a veces, le fallaba. Entonces, sin esfuerzo, cambiaba la melodía.
Héctor compuso canciones a ciudades, puertos, paisajes, ferias. Muy pocas veces viajó. La inspiración lellegaba a través de sus lecturas. Así pudo componer canciones a Italia, Venecia, Madrid, Paris. También, a ciudades mexicanas que nunca conoció. La canción de Zitlala fue porque leyó un libro mío sobre esta población náhuatl del Estado de Guerrero. Por eso lo conocí.
Fue una mañana de agosto. Quizá en l972. Tocó la puerta de mi casa, le abrí y, de sopetón, me dijo que le había compuesto una canción a...