hacer dietas
21.
Diseño y programación de dietas
Programación de dietas
Dietas para grupos
Diseño y programación de dietas para individuos y personas sanas
El diseño y programación de una dieta deberá basarse en los resultados de una valoración inicial y completa
del estado nutricional para comprobar si son necesarias modificaciones en la ingesta de energía y
nutrientes, líquidos, consistencia de la dieta, frecuencia de las comidas, etc. Hay que revisar
periódicamente los cambios para comprobar la tolerancia, adecuación y necesidad de posibles
modificaciones. La conveniencia de recomendar restricciones o modificaciones debe ser evaluada considerando los efectos sobre la calidad de vida, juzgando el balance riego vs beneficio y el impacto sobre
el estado nutricional.
La programación de dietas para individuos y grupos requiere conocer bien las características de la dieta
equilibrada y prudente:
Ser sana.
Aportar la energía y los nutrientes necesarios para cubrir las necesidades nutricionales.
Ser palatable, es decir, agradable de comer. Hay que disfrutar con la comida.
Deberá incluir los alimentos que la persona a la que va destinada esté acostumbrada a comer, pues
incluso por motivos de salud, es muy difícil cambiar los hábitos alimentarios. La dieta tratará de
potenciar los aspectos saludables y corregir los menos satisfactorios, sin realizar grandes cambios que puedan hacer fracasar la dieta. Inicialmente es mejor no introducir muchos alimentos nuevos
ni eliminar drásticamente otros que se consuman habitualmente.
Ayudar a prevenir las enfermedades crónico‐degenerativas (obesidad, enfermedad cardiovascular,
hipertensión arterial, osteoporosis, diabetes, etc.), adecuándose a las recomendaciones dietéticas
actuales.
Ángeles Carbajal Azcona. Departamento de Nutrición. Facultad de Farmacia. Universidad Complutense de Madrid
https://www.ucm.es/nutricioncarbajal/ 1
Manual de Nutrición y Dietética
Hay que garantizar el mayor éxito. Para ello, hay que conseguir:
Predisposición y mentalización del individuo (Sano o enfermo).
Crear un clima de confianza. Buscar la “complicidad” con el interesado.
Para motivar, buscar argumentos de salud, estéticos o económicos (ej. cuando se abusa de las
carnes).
Potenciar/reforzar los hábitos saludables y modificar los hábitos menos saludables.
No eliminar radicalmente alimentos habituales ni introducir muchos alimentos nuevos. No cambiar
drásticamente los hábitos alimentarios pues esto podría hacer fracasar la dieta.
Los cambios deben ser realistas y en consonancia con las posibilidades de la persona. Inicialmente
deben ser poco ambiciosos y fáciles de conseguir para que actúen como un refuerzo positivo.
Inicialmente modificar cantidades (aumentar o reducir, según interese).
Hacer un seguimiento de la comprensión y adherencia a la dieta
Para programar una dieta, previamente hay que conocer:
Las características de la persona o grupo para el que se va a diseñar la dieta (edad, sexo, peso, talla,
actividad física, posible situación de gestación o lactancia) para poder estimar las ingestas
recomendadas que serán el primer estándar de referencia. Las ingestas recomendadas vienen expresadas por persona y día. Esto, sin embargo, no quiere decir que la dieta tenga que estar ajustada
día a día a las recomendaciones, pues una persona bien alimentada, con un adecuado estado
nutricional, tiene suficientes reservas corporales de nutrientes para cubrir las posibles variaciones
diarias en la ingesta de dichos nutrientes. Es decir, no es imprescindible que cada día tomemos los 60 ...
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