Hacia Una Humanidad Sin Humanidades
Fernando Savater
El profesor que quiere enseñar una asignatura tiene que empezar por
suscitar el deseo de aprenderla: como los pedantes dan tal deseo porobligatorio, sólo logran
enseñar algo a quienes efectivamente sienten de antemano ese interés, nunca tan común como suelen creer.
Lo primordial es abrir el apetito
cognoscitivo del alumno, no agobiarlo niimpresionarlo
El pedante se dirige a sus alumnos como si estuviese presentando una comunicación
ante un congreso de sus más distinguidos y exigentes colegas, todos los cuales llevan años
dedicados a ladisciplina de sus desvelos.
La humildad del maestro, en cambio, consiste en
renunciar a demostrar que uno ya está arriba y en esforzarse por ayudar a subir a otros. Su
deber es estimular a que losdemás hagan hallazgos, no pavonearse de los que él ha
realizado.
el profesor tiene que fomentar las pasiones intelectuales, porque son lo
contrario de la apatía esterilizadora que se refugia en la rutina yque es lo más opuesto que
existe a la cultura.
Antes de aprender a disfrutar con los mejores logros intelectuales hay que aprender a disfrutar intelectualmente.
la forma de enseñar las cosas importamuchas
veces más que su propio contenido, porque la pedantería puede boicotear a la pedagogía
Como amonesta Durkheim, que en su Historia de la educación le trata con
poco cariño, “la mayoríanecesita ante todo vivir, y lo que se necesita para vivir no es saber
hablar con arte, es saber pensar correctamente, de forma que se sepa actuar
Desde luego para Erasmo, por
ejemplo (y en menor grado paraJuan Luis Vives), lo que cuenta por encima de todo es llegar
a poseer una capacidad de expresión oral y escrita fluida, cultivada, rica tanto en ideas como
en palabras:
Para luchar
eficazmente contralas cosas y contra los hombres se necesitan armas sólidas y no esos
brillantes ornamentos con los que los pedagogos humanistas tan ocupados están adornando
la mente”.
Para la razón todos
somos...
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