Hadas

Y qué importan los males y las horas dementes
Y las cubas de vicio donde la ciudad fermenta
Si algún día, del fondo de las brumas y velos
Surge un nuevo Cristo, en luz esculpido
Que eleva hacia él la humanidad
Y la bautiza al fuego de nuevas estrellas

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“Niebla, neblina, humo y vapor. Callejones, callejuelas, avenidas, esquinas y la travesía de la prostituta, de la eternaprostituta que he sido siempre. Hay todo un ritual en el acto de venderse, todos unos códigos, leyes, maneras, cortesías, gestos; aunque el dialogo sea siempre el mismo monologo interno del merodeador que algunas veces acude al lugar común y otras a la oscuridad, al ocultamiento, a la desaparición. Caminar se convierte en un acto ya no reflejo, sino de inteligencia; los drogadictos no esperan lanoche y la necesidad es ineludible, constante, irrefutable, indiscutible. Bien puedes saber que el hábito se convirtió en vicio, pero repetirás mismas palabras de forma distinta, paladeando melancolía, ausencias, miseria, a plena luz del día.
El ambiente es el de un crimen sin testigos pero en el cual todos conocen al culpable, lo que no se conoce es la víctima a la que se juega a darle unrostro, un nombre porque todos tienen un nombre quiero decir: a todos se les da nombre, un semáforo roto que no logra frenar la prisa del olvido haciéndonos creer en lo idéntico y en lo otro. El mendigo que vende sus viejos libros roídos, reliquias de un tiempo en el que confiábamos en el papel. El lugar es Jericó, no importa el año, ni la fecha pues son las mismas una y otra vez desde haceeones. Como si eso pudiera dar un marco del tiempo en el que nos encontramos, como si aún tuviésemos una historia. La justicia es solo un nombre para los intereses de quienes pueden comprar la terrenal, la divina está vedada por el régimen, aquí no hay dios ni paz. El mendigo sabe que a lo sumo con sus libros conseguirá uno o dos cigarrillos o si lo prefiere un café, pero hoy por hoy no existen talesactos de altruismo. “Pienso en esto mientras vago, tratando de encontrar a Liber, una chica que conocí en el acto de evitar la muerte. La única que conozco que se preocupa del océano de brazos, manos que crecen vorazmente desde el suelo alzando palmas, plantas que sin saber a dónde moverse buscan la luz del sol para recibir consuelo de la luna, permiso, aprobación mientras cada farola soloalcanza a iluminar un rincón. Pero nuestra percepción bien sabe lo que puede pasar en esos lapsos en que no hay luz, bien puede medir el peligro de esas distancias o la seguridad que otorga cierta frecuencia. Somos insectos que persiguen la luz cual eternidad, seres que clavan su extremidades en la roca que ya es sinónimo de arena, en el acero que ya es ceniza. Nuestro cuerpo también se ha hechode roca, nuestro corazón también está hecho de acero, nuestra sangre contiene tanto hierro que con ella levantamos grandes obras arriba, abajo, arriba directo al infierno. Toda un área metropolitana ya no sobre la espalda de atlas, sino sobre negras alas.
“¿Qué verías tú, padre, qué verías si recorrieses junto a mi estas calles?, ¿Te fijarías en el bar o en los cocainómanos en la entradalateral del instituto de Bellas Artes? ¿Pensarías en lo que va a pasar a continuación o te fijarías en cada detalle? ¿Cómo lograrías articular en tu mente el recuerdo, cómo lograrías imprimir en tu memoria tanta simultaneidad, tanta disparidad? ¿Cómo te presentarías a ti mismo todos estos objetos, gestos, personas, situaciones? ¿Podrías decirme a qué puerto llega Tenacidad y quién es el hombre queparte en él, qué está buscando atrás? Nunca cuestionaste mi improductividad, ¿Sostendrías la cámara, mirarías a través del lente por mí? ¿Me mostrarías vitrales de iglesias por los que aún pase la luz del sol o una iglesia donde solo lleguen haces de oscuridad, construcciones que no estén a la sombra de rascacielos que fragmentan el horizonte y el albor o con más penumbra que aquellas calles que...