Hambruna y sequía en la sierra

Saul Gerardo Silva Paredes N.L 42
Bryan William Eddy Lucero
Problemas
Los Rarámuris, indígenas que habitan en la Sierra Tarahumara en Chihuahua, padecen problemas igual o peor que la de los países más atrasados de África, entre los padecimientos están la sequía, desnutrición crónica, muerte por enfermedades incurables, heladas, hambruna, aislamiento, miseria, marginación.
Las 2 últimasadministraciones federales, panistas, se han jactado airadamente de haber combatido la pobreza en México. Se nota que no conocen las condiciones paupérrimas, en las que viven estas comunidades de la Sierra. Batopilas, un municipio de la Sierra, registró en 2010 en el Índice de Desarrollo Humano de la Población Indígena 0.310, cifra menor a la del país más atrasado en ese momento, Níger en África.En el reciente Índice de Desarrollo Municipal en México disponible, Batopilas aparece en el penúltimo lugar, sólo detrás de Cochoapa El Grande, en Guerrero. En Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) se enlistaron los 20 municipios de población indígena más subdesarrollados en México, entre los que se encuentran Batopilas, Carichí, Morelos, Balleza, Urique y Uruachi, todosubicados en la Tarahumara. El grado de marginación en esa zona es “muy alto” y “alto”, con la excepción de tres, que tienen un grado de marginación “medio (El Tule, Rosario y San Francisco Borja)”, y cuatro con grado de marginación “bajo” (Guerrero, Madera, Matachí y Cusihuirichi).

Habitan cavernas y viven alcoholizados: es más fácil conseguir tesgüinoque agua potable. En sus propias palabras,“muchas veces es lo único que hay para llevarse a la panza”. Harapientos, su patrimonio es la pila de ramas secas a la entrada de la cueva y lo que llevan puesto. Nacen y mueren sin que exista un registro oficial de ellos. No cuentan con acta de nacimiento ni saben cuántos años tienen. Son hombres, mujeres y niños rarámuris que sobreviven en el corazón de la Sierra Tarahumara , adonde los aventó hacesiglos el chabochi o conquistador y, por extensión, el mestizo, de quien siguen huyendo y, despavoridos, corren aunque se les grite que son médicos .
El viejo Higinio Osorio Rentería, de 77 años, levanta cuidadosamente su pantalón y descubre su pantorrilla. Las moscas, ligeras, se apeñuscan en una masa tumefacta y sangrante. La herida nunca cicatriza y se extiende apresuradamente. Nadie sabe quéenfermedad lo aqueja ni las causas de ella. “Me enfermé de llagas. Nomás primero me dolió el empeine; luego llegó la calentura, y a los pocos días me salieron manchas rojas. En julio, cuando estaba desyerbando una matita de maíz, me di cuenta de que ya tenía más manchas y las llagas. Mi otro pie está como adormecido.”
 

Osorio Rentería, enfermode "llagas". El médico más cercano, a nueve horas. |Más de 12 horas, a pie por senderos escabrosos, separan al viejo de la cabecera municipal de Batopilas, donde un médico podría atenderlo. “Nunca ha venido un doctor por acá o, por lo menos, a mí no ha tocado verlo y, la verdad, yo ya no puedo bajar”, asegura. Las brigadas médicas tampoco llegan hasta esta ranchería habitada por mestizos. El anciano vive solo. No cuenta con familiares. Susvecinos procuran lavarle las heridas con agua y yerbas. Bacilio Portillo Castillo, de 57 años, lamenta la falta de servicios médicos: “Aquí sí se han muerto. Apenas llevábamos a Batopilas a un chamaquito. Lo vimos enfermo un día en la mañana; le dimos remedios y parecía que se componía. Ya en la noche se puso muy malo y por la mañana lo echamos en el lomo de un burro rumbo a Batopilas; pero como a lahora de camino, se acabó el niño. Tenía seis años”.
El campesino, de sombrero, huaraches de tres puntadas y daga en la cintura, expone que en la ranchería no llega Procampo ni Oportunidades. Tampoco los niños van a la escuela, pues el maestro se fue hace de cinco meses.
“Aquí necesitamos muchas cosas; pero comida es lo que más hace falta. Necesitamos también un puente colgante para atravesar...