Hamlet

CHAPTER 22
 
Isabeau
 
 
 Mi opción fue quedarme y obtener mi venganza-y posiblemente morir. O luchar y sólo eventualmente morir.

Logan lo hacía sonar tan simple.

“Te he conocido por tres días,” dije. “Y me estás pidiendo que te elija.”

Me clavó su mirada. “No te estoy pidiendo que sientas por mí lo que siento por ti. Simplemente pido que te elijas. No a Greyhaven.”No era tan fuerte como pensaba que era. Porque parte de mi realmente quería quedarse. Era más fácil, más limpio y dolía menos.

Más limpio.

Greyhaven pensaba de ese modo. No yo.

Pero si no era la chica que derrotaría a Greyhaven, quién era yo? Había construido mi nueva vida, mi nueva identidad, en esa única meta. Pero esta era una batalla de diferente tipo, una que no podía ganar conuna espada o un hechizo mágico. De lo contrario, él continuaría ganando, sin siquiera darse cuenta. Había sobrevivido a él una vez, pero cargaba con eso y dejaba que me dañara una y otra vez. Y esa parte iba en mí.

Y era la única parte de todo este lío, de las emociones y necesidades burbujeando dentro de la caldera de mi pecho, que podía controlar.

Así que malditamente la controlaría.

“Jeviens,” dije con firmeza. Cuando me miró inexpresivamente, lo repetí en inglés. “Voy.” Algo se rompió dentro y hubo dolor y tristeza y luego, sorprendentemente ligereza. Irónicamente, era como si pudiera respirar nuevamente.

Logan se acercó a mí y deslizó sus manos a través de mi cabello, tomando mi nuca, el collar colgando entre sus dedos. No me besó pero me miró con una especie de dichaardiente que me sentí escaldada por todas partes.

Y desnuda.

“Démonos prisa,” dijo con voz ronca. “Así podré besarte por una hora o dos.”

Era sorprendentemente, un buen incentivo.

“La ventana,” dije mientras él se apartaba. “Suena como si la mayoría de los Host estuvieran ocupados con Montmartre. No podríamos pedir una mejor oportunidad.”

Arrastramos silenciosamente una silla hacia lapuerta y muy cuidadosamente la inclinamos para que quedara estrechada entre el mango y el suelo. Nos movimos con precaución estudiada ya que los guardias nos oirían tan bien como nosotros a ellos. Cuando nadie dio la alarma, llevamos una mesa y la colocamos debajo de la ventana, luego nos subimos a ella. Apenas podía alcanzarla. Logan me apartó a un lado y sacó su cabeza fuera, mirando a la derechay luego a la izquierda.

“Despejado,” articuló antes de arrastrarse a sí mismo hacia fuera. Se mantuvo bajo en el césped, extendiéndose para sacarme. Nos quedamos lado a lado por un largo tiempo, solamente escuchando. La noche era inocua, grillos, ranas y una lechuza en algún lugar en el bosque. Levanté la vista, observando las estrellas.

“Estamos al este de los tribunales,” le dije. “Tendránguardias apostados justo dentro de los árboles.”

“Podemos rebasarlos?”

“Quizás.”

“Estamos montando un rescate sin armas,” él murmuró. “Nos dejaron desnudos.”

“Lo sé.” Estaba muy conciente de la vaina vacía enganchada en mi espalda y de los lazos desnudos en mi cinturón. Ellos incluso habían tomado la daga escondida en mi bota.

“Estás lista?”

Asentí, sonriendo sombríamente. Teníasuficiente frustración acumulada que tomar a los guardias Host parecía ser una pasatiempo relajante. Casi tan bueno como un baño de burbujas.

Nos las arreglamos para arrastrarnos hasta el árbol de lilas antes de que notáramos a alguien. La casa estaba silenciosa, las ventanas lanzando suaves rayos amarillos de luz sobre el césped. Había una cochera detrás del edificio principal pero estabaoscura. Estábamos presionados en el lodo, esperando que el viento cambiara las hojas. La luz de la luna brilló en la cremallera de metal de la chaqueta de un vampiro Host. Estaba inclinado contra un árbol, aburrido. Me extendí para sacar una rama del árbol. No era exactamente un arma sofisticada pero era mejor que mis manos desnudas.

Logan tocó mi muñeca, señaló con su cabeza hacia el patio...