harry potter
Era hoy o nunca. Harry lo tenía todo preparado, el restaurante, la cena, la noche de hotel, el
anillo, y lo más importante, tenía a la novia.
Ginny llegaba tarde, para variar, seguro que le había dicho a su jefe que iba a cenar con él
esta noche y él la había entretenido adrede, era así de puñetero el hombre.
A veces Harry lamentaba haber salvado el mundo mágico solo portipos como ese, que
babeaban en cuanto la veían pasar. Algunos no sabían que era la dignidad…vio entrar por la
puerta del romántico restaurante, se levantó de un golpe conmocionado (aún después de
tanto tiempo juntos) por su belleza y se tiró la copa de encima…pues empezaba bien.
Ginny se acercó a la mesa, estaba preciosa con el pelo recogido atrás en una sencilla coleta
sujetada por supropio pelo rojizo y un vestido del color del cobre que le de maravilla.
-Perdona, llego tarde.-se agachó antes de sentarse para darle un beso-¿Qué me he perdido?
-No pasa nada. El señor de la mesa de al lado ha lanzado a su caracol a cuatro metros de su
mesa cuando intentaba comérselo.
-¡No! ¿Sí? Y yo me lo he perdido.
-¿Qué ha pasado? ¿Por qué has llegado tarde?
-Bill ha venido a hacernos unavisita. Quería saber si todo iba bien y si se estaban portando
bien conmigo.
Bill había conseguido que Ginny trabajara para Gingotts nada más acabar Hogwarts,
exactamente en lo mismo que él había hecho antes de casarse; ahora le habían
ascendido y como jefe controlaba a todos los rompedores de maldiciones que trabajan para
Gringotts en Gran Bretaña, incluido al jefe de Ginny, un italianoinsoportable
llamado, cómo no, Marcello, que más que trabajar se dedicaba a tirarle los trastos a Ginny.
-Harry; Harry. Te estoy hablando desde hace rato.
-Perdona, ¿qué decías?
-Decía que cómo es que me has traído a este lugar. Es demasiado.
Harry le cogió la mano por encima de la mesa.
-Nada es demasiado para ti-Ginny levantó las cejas.
-Estás muy raro-Harry se acercó la mano de Ginny a loslabios y la besó- Vale, ya basta.
Siempre tengo que rogarte para que me lleves a sitios muggles, y de repente traes aquí.
-Sabía que te gustaría.
-Pues has acertado. ¿Has visto a esos camareros? Van ridículos…
-Ejem, ejem. ¿Qué desea la señorita?- Ginny giró la cabeza hacia un lado y sonrió con una
sonrisa pícara y vergonzosa al camarero.
-La señorita desea que se la trague la tierra-Harry selo estaba pasando pipa, el camarero
había adoptado de repente una cara de póquer insondable-Un vaso de agua, favor.
El camarero levantó una ceja y miró con curiosidad a Ginny, quien en ese momento dio una
barrida con su mirada a todo el restaurante, lleno de parejitas enamoradas tomaban
distinguidas bebidas como el vino o el champán.
-Agua para la señorita, pues.-El camarero se marchó conpaso estoico hacia la barra. Unos
violines empezaron a tocar a unos metros de Harry y Ginny.
-Este lugar es demasiado elegante, son todos unos estirados, Harry.
-No lo son. Son parejas normales y corrientes, como nosotros-Harry abrió la carta y se
sumergió en ella, todo parecía delicioso.
Ginny dio otro vistazo a la sala. Estaba toda llena de parejas bien vestidas que se cogían de
las manos yque apenas tocaban sus platos y se dedicaban a pegar traguitos las copas. Un
hombre cerca de ellos sacó un puro, le quitó la boquilla, la escupió y encendió el cigarro
mientras su compañera apartaba con asco el queso de su ensalada se comía la zanahoria a
mordisquitos como si fuera un conejo, que asco, y encima no paraba de sonreír y de reír
como una boba a todo lo que decía el tipo ese, esovoz baja. Apenas se oía un murmullo en
toda la sala.
-¡Y un cuerno! Yo no soy como esa tonta de allí.
-Como esa no. Lo que quiero decir es que este es un restaurante romántico para parejas
como nosotros, felices y contentas-Harry seguía escrutinando su carta con ojos hambrientos.
Ginny apoyó las dos manos sobre el mantel blanco y echó el cuerpo ligeramente hacia
delante.
-¿Esto te hace...
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