hasta el limite
Todos los ingredientes de la receta desfilan sin prisa ni pausa por la segunda película de Ridley Scottclaramente concebida según los patrones del Mainstream hollywoodense (la primera fue Corazón de héroes, con Jeff Bridges). Las maratónicas jornadas de ejercicio al compás de los consabidos jingles,los chistes machistas, los malos tratos de la superioridad, atenuados a medida que los jóvenes se van templando, para concluir en una suerte de relación fraternal entre jerarcas y soldados rasos. Lastbut not least, el espíritu de cuerpo de la milicia vuelve a ser presentado como espíritu de solidaridad, aquí practicado por los futuros marines con efusión digna de colegiales cándidos. La novedad,claro, es que Hasta el límite está protagonizada por una mujer.
Esa mujer, Jordan O'Neil, es la primera dama que prueba suerte entre los aspirantes a Navy Seals, con lo que el personaje de Demi Mooreestá inevitablemente sobrevolado por connotaciones de sesgo feminista. Lo curioso es el modo en que el film las expone y las canaliza. O'Neil lleva sus ansias "igualitarias" al extremo de rechazarlas ventajas que se le conceden en nombre de diferencias físicas que están más allá de cualquier prejuicio, como si Ridley Scott la hubiera utilizado para llevar más lejos que nunca el rasgo epidérmicodel mito del héroe ("'el que todo lo puede"). La idea es que esta heroína... ¡hasta puede ser un varón! No por nada en determinado momento le ruge "Suck my Dick!" ("¡Chupame la verga!") a su...
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