hasta que nos volvamos a ver
Por el presidente Thomas S. Monson
Ruego que todos meditemos en las verdades que hemos escuchado y que nos ayuden a ser discípulos aún más valientes.
Mis hermanos y hermanas, hemos vivido dos días gloriosos de mensajes inspirados. Nuestro corazón se ha conmovido y se ha fortalecido nuestra fe a medida que participamos del Espíritu que ha estado presentedurante las sesiones de la conferencia. Al concluir, agradecemos a nuestro Padre Celestial las muchas bendiciones que nos brinda.
Hemos sido elevados e inspirados con la bella música que hemos escuchado durante las sesiones. Las oraciones que se ofrecieron nos han acercado más a los cielos.
Permítanme expresar un profundo agradecimiento de parte de toda la Iglesia a nuestros hermanos que hansido relevados en esta conferencia. Los echaremos de menos. Sus contribuciones a la obra del Señor han sido enormes y se dejarán sentir a lo largo de generaciones futuras.
Ruego que volvamos a nuestros hogares con la resolución en el corazón de ser un poco mejor de lo que hemos sido en el pasado. Que podamos ser un poco más bondadosos y más considerados. Que tendamos una mano de ayuda, no sólo alos miembros, sino también a las personas que no son de nuestra fe. A medida que tratemos con ellos, mostrémosles nuestro respeto.
Hay personas que luchan todos los días con problemas; mostrémosles nuestro interés, y ayudémoslos. Al velar unos por otros, seremos bendecidos.
Recordemos a los ancianos y a los que están confinados en su casa. Si tomamos tiempo para visitarlos, sabrán que se losquiere y se los aprecia. Sigamos el mandato de “[socorrer] a los débiles, [levantar] las manos caídas y [fortalecer] las rodillas debilitadas”1.
Seamos personas honradas e íntegras; tratemos de hacer lo correcto en todo momento y en todas las circunstancias. Que seamos seguidores fieles de Cristo, ejemplos de rectitud, y de ese modo ser “luminares en el mundo”2.
Mis hermanos y hermanas,agradezco sus oraciones a mi favor. Me fortalecen y me edifican a medida que me esfuerzo con toda mi alma y fuerza por hacer la voluntad de Dios y servirle a Él y a ustedes.
Al partir de esta conferencia, invoco las bendiciones del cielo sobre cada uno de ustedes. Que ustedes, los que están fuera de su hogar, regresen a salvo y encuentren todo en orden. Ruego que todos meditemos en las verdadesque hemos escuchado y que nos ayuden a ser discípulos aún más valientes de lo que éramos cuando la conferencia comenzó.
Ruego que, hasta que nos volvamos a ver en seis meses, las bendiciones del Señor estén sobre ustedes y, en realidad, sobre todos nosotros; y lo hago en Su santo nombre, Jesucristo, nuestro Señor y Salvador. Amén.Preparados de una manera como nunca se había conocido
Por LindaK. Burton
Presidenta General de la Sociedad de Socorro
Cuando nuestra hija menor regresó a casa después de su primer día de escuela, le pregunté: “¿Cómo te fue?”.
Ella respondió: “Bien”.
Sin embargo, a la mañana siguiente, cuando la desperté para ir a la escuela, se cruzó de brazos y dijo con firmeza: “¡Ya fui a la escuela!”. Aparentemente yo no la había preparado o no le había explicadoque ir a la escuela no era algo que se hace sólo una vez, sino que tenía que ir a la escuela cinco días a la semana por muchos, muchos años.
Al considerar el principio de estar preparados, imaginemos la siguiente escena: Están sentados en el salón celestial del templo y observan a las novias y a los novios que entran y salen reverentemente mientras esperan para casarse por el tiempo y por todala eternidad. Una novia entra en el salón celestial, tomada de la mano de su novio. Lleva puesto un vestido sencillo pero hermoso y una sonrisa serena, cálida y simpática en el rostro. Está bien arreglada, pero sin llamar la atención; toma asiento, mira a su alrededor, y de pronto la embarga la emoción. Parece que sus lágrimas son el resultado del asombro y de la reverencia que tiene por el...
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