Hay un discurso politico
No se trata de abolir discursos de derecha, ultraderecha, izquierda u ultraizquierdas, sino de destruirposibles rebeliones reflexivas que nazcan en el mismo seno del pueblo. Se trata de un derecho que no existe porque quienes ejercen el derecho son los primeros en detentarlo. Existe una impunidadcarcomiendo todos los contrapuestos al sistema, y una estrategia de fondo que es en realidad el esquema siguiente: ciudadanos que no desmantelan esas estrategias políticas, -dentro de la diplomaciaactiva, mítines de turno, declaraciones de programas en los medios de comunicación, opiniones servidas en las conversaciones de calle, que adquieren tintes no objetivos, y crean divisiones evidentes entrelos que debaten-. Creo que los gobernantes se mantienen gracias a la legitimización histórica de los discursos que les preceden. Por ello, acabar de una vez con la historia de los conceptos vigentes,para crear otros que vayan en consonancia con un nuevo paradigma, sería lo necesario. Sería desde luego, un inicio radical. Ese doble discurso que aparece en todas partes, dónde garantizamos beneficiosy ofrecemos iniquidades en el trayecto, donde nos comportamos como santos de iglesia manchando nuestra credibilidad social de manera pública y notoria. Donde decimos que está mal lo que hace...
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