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La reconfiguración de los partidos políticos argentinos
Febrero 2012
Por Daniel Arzadun - Reseñas y Debates 71
     
La llegada del modelo neoliberal a la región latinoamericana y sus secuelas de exclusión y pobreza estructural impactaron directamente en las organizaciones partidarias que progresivamente dejaron de monopolizar la representación política, produciéndose la ruptura del pactosocial vinculante de la ciudadanía con sus élites políticas. Los partidos tradicionales se debilitaron en su función mediadora, de canalización, de integración, de movilización, de agregación de intereses y de gestión de mecanismos estatales para distribuir la riqueza. Las fuerzas partidarias quedaron relegadas frente a la emergencia de una diversidad de grupos sociales que sostenían demandassectoriales múltiples, dificultando en extremo su representación política. En la sociedad de la diversidad y la fragmentación, los partidos encontraron cada vez mayores dificultades para sintetizar una representación colectiva sostenida en una cultura en común y en conjuntos compartidos de valores. Los nuevos estilos de vida, demandas, gustos y sensibilidades ciudadanas dejaron de ser captados por lasfuerzas políticas, limitando su función de articulación y expresión de los intereses colectivos, pasando a ser vistos como instituciones funcionales a los intereses y asuntos de su clase dirigente, como institutos al servicio de una casta privilegiada. Los partidos perdieron centralidad frente al surgimiento de nuevas formas políticas y expresiones ciudadanas, degradándose en su rol deorganizadores de las demandas de la sociedad civil. Partidos y sistemas entraron en crisis, las identidades tradicionales se diluyeron y el vacío de representación derivó en una fuerte oleada antipolítica y antipartido que gestó profundas transformaciones en las organizaciones políticas tradicionales y la emergencia de nuevos partidos. Las instituciones políticas procesaron con suerte dispar ladesarticulación partidaria que, en este tiempo, caracterizó a la región.
En el caso Argentino, el sistema político partidario nacido al calor de la recuperación democrática de 1983 y basado en un esquema de “bipartidismo imperfecto”, con identidades políticas fuertes y estables, y partidos más o menos estructurados, se reconvirtió en consonancia con el impacto que la crisis política desató en el país. Lossucesos acaecidos a partir del 19 y 20 de diciembre de 2001 marcaron un quiebre en las interacciones entre la sociedad civil y la esfera política, alterando drásticamente el funcionamiento del sistema político y cuestionando de lleno a las autoridades y los institutos políticos en su totalidad. Estado, instituciones y partidos fueron conmovidos por la violencia social, poniendo en riesgo la estabilidaddemocrática del sistema que por fortuna supo mantenerse en pie frente a la crisis. En la percepción ciudadana la política se vació de sentido, entendiendo que sus institutos clásicos dejaron de procesar y dar respuestas a las demandas sociales. El indicador más concreto de este vacío político fue la sucesión de cinco presidentes (De La Rúa, Puerta, Rodríguez Saá, Camaño y Duhalde) en el términode 12 días (desde el 20 de diciembre de 2001 hasta el 1 de enero de 2002), enmarcados en renovadas protestas populares y en un clima de gran confusión política e institucional.
El sistema de partidos políticos se fragmentó, desaparecieron y emergieron partidos políticos, se profundizó la dilución de las identidades políticas clásicas y cobraron nuevo auge fenómenos que ya venían perfilándose confuerza en el escenario partidario: la territorialización de los partidos,  la volatilidad electoral y el personalismo. La institución partido fue cuestionada en sus propios cimientos, no desapareció pero se debilitó en su función de mediación, dejó de ser el portador principal de la línea ideológica que perfila un paradigma o cosmovisión acerca de la sociedad a transformar y alcanzar, minimizó...