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Lecklair estrujo otro trapo bajo la pequeña cascada para limpiarlo de sangre mientras bufaba con irritación. Llevaban allí abajo dos días, o eso le decía a Buckdorf su sentido enano del tiempo, y cuanto más descubrían de su “lugar de aterrizaje” más desconcertados estaban. Seguro que a la elfa le hubiese encantado aquello y estaría insoportable de no ser por que allí la magia no funcionaba, elsemiorco se hubiese divertido con ello si no fuese por que habían contusiones y huesos rotos que tenían que tratar a la vieja usanza.

Ayer habían enterrado a Jonah, el viejo bastardo tenía la mitad de las tripas fuera, pero agarraba en una presa de acero una redoma de un liquido rojizo que parecía estar en constante estado de ebullición. Así que se terminó, a saber cuantas décadas de peligros yhorrores había sobrevivido aquel testarudo para acabar enterrado en... bueno, donde demonios estuviese esto. Eso si, ni la muerte había conseguido detenerle en su empeño. Tsadok le había dicho que nunca entendería a los humanos, pues tan pronto te dejaban claro lo blandengues que eran y al momento siguiente hacían algo así. No podía más que estar de acuerdo.

Con un suspiro el lesionado caballerose alejó del riachuelo para ir hasta el campamento improvisado que tenían a unos metros de ahí. De nuevo la visión de aquella le dejo tan sorprendido que no sabia si estaba aterrado o emocionado ante aquella visión. Aquella selva era el territorio más virgen que él o ninguno de los del grupo hubiese visto, no solo no había el menor rastro de vida civilizada, si no que tampoco lo había de nada niremotamente inteligente o señales de que los hubiese habido alguna vez. La fauna era totalmente increíble, compuesta sobretodo por grandes saurios, que según los empollones del grupo eran similares a los dinosaurios que aun habitaban algunas zonas remotas del Golarion. En fin, por lo menos aquellas bestias no parecían agresivas, de momento. No tenían ni la menor idea de donde estaban, el cielosiempre estaba nublado, y es que la humedad era terrible, y nunca parecía ser totalmente de noche, si no que la luz que atravesaba las nubes se iba atenuando hasta que llegado un punto volvía a fortalecerse. Lo más curioso es que no parecía subir o bajar la temperatura del “mediodía” a “medianoche”, algo que quizás debería preocuparle, pero de momento tan solo le horrorizaba.

Para cuando llegó alcampamento Theadric, Buckdrof y Rethel habían vuelto de otra jornada de exploración. Con solo ver sus caras no necesito que le dijesen los resultados. Nada ¡Joder! Habían explorado un circulo de más de diez kilómetros y no es que la selva no terminase, si no que no habían encontrado ningún punto de orientación más grande que el arroyuelo que acababa de dejar. Eso no les dejaba otra opción queabandonar el campamento y comenzar a moverse, se dijo el caballero con una rencorosa mirada a su brazo entablillado.


17 de Lamashan, Toilday (Día del Trabajo) del 4710 AR:

Una sensación de desesperación se sumía sobre los supervivientes a medida que se iban reuniendo para dar el adiós final a otro compañero. Si hace dos días perdieron al silencioso “Otro” a manos de unos lagartos del tamaño deratos (claro que iban en grupos de docenas y sus pequeñas garras cortaban como navajas de babero) anoche perdieron a Lecklair. El humano no llevaba bien lo de encontrarse en esta desesperada situación sin poder ser de ayuda, pues tenía un brazo y varias costillas rotas, y se había retraído. Quizás por querer darle algo de espacio para que no se sintiese presionado no habíais visto que el muycabezota estaba ardiendo de fiebre hasta que fue demasiado tarde. Cuando Tsadok le inspeccionó una pequeña herida de insecto que tenía en el muslo estaba ulcerada y gangrenada, y lo que parecían unos gusanos blancos largos y delgados como hilos estaban comenzando a salirle por los poros. Había durado horas a pesar de los cuidados del semiorco, el cual se empeñó en revisaros a todos a conciencia,...