Hechos De Palabras

Hechos de palabras
La lectura como una necesidad básica insatisfecha.
Autores: Adriana Elena Marconi, Fernández Esteban Julián.
Introducción
Esta ponencia se realiza como un avance de la investigación “Las estrategias profesionales de los Trabajadores Sociales de la Facultad de Trabajo Social en equipos interdisciplinarios de instituciones estatales en el área de influencia de la Facultad deTrabajo Social de la Universidad Nacional de La Plata. Período 2010-2011” que realizamos con el equipo de la cátedra de Trabajo Social IV en el marco de los Proyectos de incentivos de la UNLP.
A través de las entrevistas realizadas pudimos observar en algunos colegas la utilización de la lectura literaria como herramienta de intervención profesional. Esto requiere algunas demarcaciones a fin de queno sea solo la puesta en
escena de una alternativa de moda, conservando el andamiaje del sin sentido de muchas herramientas de intervención las cuales en un uso establecido de acuerdo a la práctica esperada no aportan a la significación de los sujetos sino a su normativizacion, induciendo falsos esquemas de ruptura que sin embargo mantienen las viejas concepciones de sujeto y asistencia de antaño.Por otra parte, de los encuentros con profesionales no se pudo detectar que estos señalen la no lectura literaria como incumplimiento de derechos de niñas y niños en el marco de la ley de protección integral, entendiendo como superfluo y, vinculado a la condición de clase, el hecho de expresarse o gozar de la palabra; es decir, del derecho a participar de la cultura escrita.
Por ello afirmamos queel ejercicio ciudadano de niños y niñas depende de ciertas condiciones materiales y simbólicas que deben ser reconocidas y garantizadas por las instituciones y por los adultos.
La exclusión no es sólo económica sino también cultural e inscribe a la infancia –a la infancia pobre- en lugares donde no es posible construirse como sujetos de derecho, pues no hay una interioridad a la cual apelar parael ejercicio de los mismos.
Es posible representar como derechos la alimentación y la educación, comprendida como ingreso a la institución escuela (aunque no como herramienta que transfiere al sujeto una construcción crítica del mundo que habita), pero no los libros y los juguetes. Estos no aparecen, ni siquiera para los propios sujetos (niñas y niños pobres), como necesidades básicas y derechosinalienables.
En este sentido es necesario reconocer que si, tanto adultos como niños, no podemos concebir a los libros y a los juguetes como derechos de estos últimos, difícilmente sea posible instalar en la agenda pública su reconocimiento como tales.
La palabra escrita, que en nuestra historia quedó grabada en piedra, arcilla, cera, papiro, pasta de papel o electrónicamente, sigue siendo elinstrumento fundamental para la imaginación: la narración de historias.
La lectura es una entre tantas prácticas culturales y en su microcosmos se hallan los problemas que pueden identificarse en otros campos culturales. Por ello, la necesidad de lectura literaria establece un lector que conoce formas de pensar dialécticamente la realidad a través del relato ficcional estableciendo vínculos entre eltexto y la percepción de su universo, partiendo de palabras e imágenes (Colomer;2002)
Estas indagaciones parten de considerar que el modo de leer y la posibilidad misma de leer dependen no sólo de las condiciones materiales para hacerlo, sino de la relación que estableció el sujeto con la lectura (trayectoria), de la percepción del mundo y de su forma actual de percibir.
El paisaje actual donde sedespliega nuestra existencia cambia velozmente estableciendo formas nuevas de habitar, incluidas las prácticas lectoras, que nos hablan de nuestro hacer y ser en el mundo. Si como planteaba Nietzche “nuestros instrumentos de escritura, contribuyen a nuestro pensamiento” (citado por Littau Karim; 2008) podemos correlacionar que los elementos de lectura redundarán en nuestras ideas.
Por ello es...