• Sólo tengo recuerdo directo de un incidente de los primeros años. Quizás lo recuerdes tú también. Una noche no paraba yo de lloriquear pidiendo agua, seguro que no por sed, sino probablemente parafastidiar, en parte, y en parte para entretenerme. Después que no sirvieron de nada varias recias amenazas, me sacaste de la cama, me llevaste al balcón y me dejaste allí un rato solo, en camisa y conla puerta cerrada. No quiero decir que estuviese mal hecho, tal vez no hubo entonces realmente otra manera de lograr el descanso nocturno, pero con ello quiero caracterizar tus métodos de educación ysu efecto en mí. En aquella ocasión, seguro que fui obediente después, pero quedé dañado por dentro. Lo para mí natural de aquel absurdo pedir-agua y lo inusitado y horrible del ser-llevado-fuera,yo, dado mi carácter, nunca pude combinarlo bien. Todavía años después sufría pensando angustiado que aquel hombre gigantesco, mi padre, la última instancia, pudiese venir casi sin motivo y llevarme dela cama al balcón, y que yo, por tanto, no era absolutamente nada para él.
• Bastaba que yo mostrase un poco de interés por alguna persona -y eso, debido a mi carácter, no sucedía muchas veces-para que tú, sin tener en cuenta mis sentimientos y sin el menor respeto por mi opinión, intervinieras de pronto insultando, calumniando, rebajando. «Así habla mi padre de mi amigo (al que no conoce)sólo porque es mi amigo.
• Lo que llegaba a la mesa había que comerlo, sobre la calidad de la comida no se podía hablar. Pero muchas veces a «Quien se acuesta con perros, amanece con pulgas.» ti lacomida te parecía incomestible; le dabas el nombre de «bazofia»; aquella «bestia» (la cocinera) la había echado a perder. Como tú tenías un apetito enorme y te gustaba comer todo deprisa, muycaliente y a grandes bocados, aquel niño tenía que darse prisa, en la mesa había un lóbrego silencio, interrumpido por amonestaciones: «Primero comer, luego hablar», o «Más deprisa, más deprisa, más...
Leer documento completo
Regístrate para leer el documento completo.